Primero fue Lauren Bacall, que aún sigue por estas tierras. Luego llegó Harvey Keitel. Dos duros de Hollywood coincidieron ayer en Can Vivot, uno de los palacios más caraterísticos de Ciutat, donde se llevaron a cabo varias escenas del rodaje de «Presences of mind», la película que, basada en una novela de Henry James, «Una vuelta de tuerca», dirige el mallorquín Antoni Aloy.
Keitel («El piano», «Reservoir dogs», «Smoke», «Lulú en el puente») tuvo que madrugar ayer para interpretar en un día ante la cámara de Aloy el trabajo que, en principio, estaba programado para tres jornadas. El actor debe regresar a Malta, donde participa en otra producción.
A las 06.00 de la mañana ya se encontraba en Can Vivot para la sesión de maquillaje y vestuario. Y el primer descanso fue sobre las 15.00 horas, cuando los medios de comunicación pudieron hacerle fotos durante cinco minutos, y ninguna pregunta, antes de que toda la troupe de la película regresara a Raixa, principal escenario donde ocurren los hechos de un film en el que, como dijo ayer Aloy, Keitel interpreta «a un personaje perverso, morboso, super cabrón. Esta mañana todo ha ido muy bien con Harvey y Sadie Frost. Ha sido un duelo interpretativo entre ambos». Aloy se mostraba eufórico. Y aunque el actor y Bacall se encontraron durante unos minutos en Can Vivot, los espectadores del film no podrán verles juntos en pantalla ya que, en el guión, no tienen ninguna escena juntos.