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La UPV recibe seis nuevas cámaras termográficas para detectar daños ocultos por la dana en edificios y bienes culturales

Detectan diferencias de temperatura de hasta dos centésimas de grado, inapreciables al ojo humano

Una de las cámaras donadas a la UPV | VICENTE LARA ACOM UPV

| València |

La Universitat Politècnica de València (UPV) ha recibido seis nuevas cámaras termográficas --donadas por el Grupo Álava y Hikmicro-- que, desde el Instituto de Restauración del Patrimonio de la institución académica, se ponen al servicio de la reconstrucción de los efectos de la dana.

Además de la devastación evidente ocasionada por las inundaciones del pasado día 29 de octubre, la dana ha provocado «más daños aún si cabe, más difíciles de detectar a simple vista». Es el caso de algunas filtraciones de agua, que no son «fácilmente perceptibles», pero cuyos daños pueden ser «irreversibles» si no se atacan a tiempo, ha advertido la UPV en un comunicado.

Por eso, la tecnología vuelve a convertirse en un «aliada» para luchar contra los efectos de las humedades en edificios, documentos, obras de artes, bienes culturales y cualquier otro elemento que se haya visto afectado.

La termografía infrarroja es una técnica no destructiva que permite detectar diferencias de temperatura en superficies. Funciona al captar la radiación infrarroja emitida por los objetos y convertirla en una imagen térmica que representa las diferencias de temperatura, más frías en las áreas húmedas.

"imposibles de ver al ojo"

«Va a ayudar a encontrar daños ocultos imposibles de ver al ojo humano como humedades, escapes de agua, daños estructurales... Con las cámaras vamos a ver diferencias térmicas muy pequeñas, de hasta dos centésimas de grado», ha explicado Angel Lezana, jefe de producto de Termografía de Grupo Álava, durante la entrega de las cámaras en el Rectorado de la UPV junto con la empresa Hikmicro.

«Nos enteramos de esta iniciativa y nos pusimos manos a la obra para ver de qué manera podíamos ayudar en esas tareas de evaluar infraestructuras y los daños ocasionados por la dana», ha relatado Alicia García, responsable de Marketing y Comunicación de la empresa de Hikmicro.

Con la colaboración del Colegio de Arquitectos y el Colegio de Arquitectos Técnicos, la UPV podrá movilizar a técnicos que utilicen las cámaras allá donde haga falta. «Hay muchísimo trabajo por hacer, muchísimo campo en el que aplicar esta tecnología. No se puede cuantificar aún porque hay muchísimas lesiones de diferentes gravedad pero los daños por la dana pueden llegar a alcanzar a 30.000 edificios, según datos del Instituo Valenciano de la Edificación», ha detallado Santiago Tormo, subdirector del Instituto de Restauración del Patrimonio de la UPV.

Problemas de salud asociaciones

El análisis realizado con las cámaras térmicas permite también evitar problemas de salud asociados a la humedad y que se está constatando en las zonas afectadas. «Si se identifican zonas con humedades imperceptibles a simple vista, se puede actuar rápidamente para evitar la aparición de moho y sus efectos perniciosos en el sistema respiratorio de las personas», ha precisado la institución.

Además, la detección de humedad con cámaras permite también planificar los trabajos de reparación, por ejemplo, para evitar pintar superficies en zonas aparentemente secas que, con humedad oculta generarían un rechazo a la pintura.

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