La ciudad de Madrid ha trasladado este miércoles su recuerdo y cariño a los afectados por la DANA en la Comunidad Valencia y Castilla-La Mancha y ha lamentado los daños incalculables que ha producido desde el punto de vista personal, cuando ya son 62 los fallecidos confirmados.
Concejales de todos los grupos políticos, encabezados por el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, han lamentado con un minuto de silencio lo ocurrido a causa de esta DANA. En concreto, el regidor ha señalado que el pueblo de Madrid está «conmocionado por la magnitud y la dimensión de la tragedia».
Con este minuto de silencio, el Ayuntamiento quiere mostrar su solidaridad hacia las víctimas mortales y sus familiares, así como a todos aquellos que ayer sufrieron las riadas. «Nosotros lo que queremos es decirles desde luego que pueden contar con Madrid, con los madrileños, que debemos estar a su lado, que somos conscientes, aunque estamos desde luego conmocionados de la dimensión de la tragedia de lo que han tenido que vivir, y que desde luego pueden contar con todo nuestro cariño», ha expresado.
Por ello, ha recordado a todas las personas «que lo han perdido todo en apenas unas pocas horas» por esa DANA mortífera que se desató ayer en el Levante, afectando especialmente a Valencia.
«Nosotros desde el Ayuntamiento y nuestro Servicio de Seguridad y Emergencias se ha puesto también en contacto con los Servicios de Seguridad y Emergencias a los territorios afectados. Nosotros estamos en condiciones de proporcionarles apoyos desde el punto de vista logístico, desde el punto de vista sanitario y también hemos puesto a su disposición drones del Ayuntamiento de Madrid para estructuras que pudieran estar colapsadas y en las que pudieran ser útiles», ha informado el alcalde.
En la misma línea, Martínez-Almeida ha recordado que Madrid es una ciudad «muy solidaria» y que se encuentra ahora mismo «en estado de shock» por las imágenes que se están conociendo.
El alcalde le ha enviado un mensaje de apoyo al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, así a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.
«Les he mostrado, desde luego, nuestras condolencias, pero también nuestro apoyo para tratar, sobre todo, de salir adelante lo antes posible, de poder saber el número de fallecidos, el drama que hay detrás de cada realidad de lo que sucedió ayer en Valencia», ha incidido.
Tomar nota y adoptar medidas para paliar estos desastres
Considera el primer edil que hay que tomar nota de estos desastres y actuar en consecuencia adoptando paras medidas que sean necesarias para tratar de paliar esta situación.
La DANA que está afectando principalmente a la Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha ha dejado hasta el momento un balance provisional de 63 muertos, 62 en la provincia de Valencia y otro más en Cuenca, según los servicios de emergencias. Estos datos colocan este desastre natural en tercer lugar por número de fallecidos tras la riada de Biescas (Huesca) en 1996 con 87 fallecidos y la riada del Turia en 1957, en la que perdieron la vida entre 80 y 100 personas.
El desastre natural que más vidas se ha cobrado en nuestro país fue la riada del camping de Biescas, en la provincia de Huesca. Ocurrió el 7 de agosto de 1996, cuando una crecida repentina del torrente de Arás arrasó el camping Las Nieves, provocando la muerte de 87 personas y dejando heridas a más de 187.
Por su parte, la riada de Valencia en 1957 anegó la ciudad causando al menos 81 muertos, miles de damnificados, además de cuantiosos daños materiales. De hecho, este suceso marcó el devenir y desarrollo de Valencia, llevando a cambiar en 1973 el cauce del río Turia con el fin de evitar que se repitiera una catástrofe de la misma magnitud.
Hasta el momento, la DANA que está provocando innumerables daños en el este y sureste del país se ha cobrado la vida de 62 personas en la Comunidad Valenciana, además de la de una mujer de 88 años en la provincia de Cuenca, según los últimos balances provisionales de los respectivos servicios de emergencia. Además, se encuentran en paradero desconocido seis personas en Letur (Albacete) y otras varias en Valencia.