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Una retrospectiva del pintor Vicente Villarrocha propone "una vuelta a la revuelta" en el Pablo Serrano

La muestra podrá visitarse en la sala 00 del Museo hasta el 12 de enero

El comisario de la muestra, Alejandro J. Ratia, y el director del Museo Pablo Serrano, Julio Ramón, delante de las obras de Vicente Villarrocha que reflejan al escritor Julio Cortázar y a las pinturas de Malevich y Picasso hundiéndose en el río Sena. | Europa Press - EUROPA PRESS

| Zaragoza |

El Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano inaugura este miércoles 'Debajo de los deseos. Vicente Villarrocha', una retrospectiva de este pintor zaragozano, considerado «el más sabio» de su generación por sus inquietudes intelectuales, que gira en torno a la necesidad de «una vuelta a la revuelta» mientras hace un recorrido por varias ciudades, desde Zaragoza a París, pasando por Roma, Tánger y, sobre todo, Venecia, cuyos puentes protagonizan parte del recorrido expositivo.

El comisario de la muestra, Alejandro J. Ratia, ha definido a Villarrocha, fallecido hace tres años, como «el más sabio de los pintores» de la ciudad de Zaragoza, por ser el que tenía unas inquietudes intelectuales más altas y por ser un artista que no se «encastilla» y que siempre es consiente de que la pintura es sólo «una herramienta más», además de ejercer como crítico de arte o teórico.

Así, en la obra de Villarrocha destaca, por un lado, su calidad plástica y pictórica y, por otro, su calidad conceptual, que viene dada por el valor añadido ideológico y filosófico que posee su obra.

De esta forma, la exposición parte de los primeros años del artista, en la década de los 70 y 80, y culmina con obras de mayor envergadura, en espacios más amplios y diáfanos, creadas en los 90 o en el siglo XXI, para regresar de nuevo al punto de partida.

El recorrido se inicia en el año 1974, en el que se crea el Grupo Algarada, con el que colabora, en el contexto de un franquismo que da sus últimos coletazos y en el que las preocupaciones sociales son «muy agobiantes», como demuestra la presencia de muros o elementos de medida y de control, que reflejan el «ambiente opresivo» de aquellos años.

De este momento es la pieza más emblemática que abre la exposición, 'Homenaje a mayo del 68. Cohn-Bendit"', que incluye una pintura que rinde tributo a uno de los líderes de esta revolución, junto a una instalación en la que aparecen unos adoquines en el suelo.

Años 80

La obra de Villarrocha en los 80 va derivando hacia el mundo de la contracultura, con una influencia claramente pop, la sexualidad, los deseos, las nuevas normas y las nuevas libertades, con un lenguaje de líneas claras heredado del pop norteamericano.

En esta época, refleja la apertura de España a los valores internacionales, al cosmopolitismo y a los viajes, y es donde aparecen escenas de París o Venecia, que son las ciudades que más visitó porque el artista zaragozano era «un viajero antiturístico», de pocas ciudades.

Los paisajes que retrata, entre los que destacan los puentes venecianos, no son paisajes limpios, ya que introduce elementos de suciedad.

Años 90 y siglo xxi

Precisamente en este momento, ya en 1991, comienza a darle un título a sus exposiciones. La primera de ellas es 'Río de puentes', dedicada a Venecia y sus puentes de una manera muy personal. A partir de este momento, Villarrocha plantea sus muestras como una especie de ensayo y empiezan a aparecer grupos de pinturas y no pinturas individuales.

Según el comisario, su obras en los 90 es una crónica pictórica de la pintura contemporánea y de sus contradicciones en pleno posmodernismo, cuando los modos de hacer cultura se solapan.

El pintor zaragozano adquiere también rasgos 'punkies', superponiendo la imagen idílica de los puentes venecianos con otras imágenes brutales que tienen que ver con elementos cotidianos, con lño que «una cosa ensucia la otra».

Otra de las exposiciones más destacadas de su trayectoria fue 'Ulises en el Sena', en la que destacan tres obras, que representan a la pintura de Picasso, la de Malévich y el escritor Julio Cortázar sumergiéndose en el río parisino.

Junto a ellas, mitos como su amor por el cine del francés Jean Luc Godard o cuestiones más lúdicas, como transistores sobre la arena, que recuerdan a los veranos en la playa y en los que recoge la influencia de artistas como Miró.

En 2019, presenta 'Evidenziatori', en la que recorre toda su experiencia como visitante de Venecia y de su Bienal --acudió a 20 ediciones consecutivas-- y en la que refleja 40 años vivos de evolución del arte contemporáneo.

Todo ello para terminar en el punto inicial, junto a la obra dedicada a mayo del 68, con lo que la retrospectiva regresa a la idea de que una revuelta es «todavía necesaria».

'debajo de los deseos'

El título de la exposición, 'Debajo de los deseos', hace referencia a un verso de Vicente Villarrocha que quedó pendiente de publicación, en el que alude a que, debajo de los adoquines de mayo del 68, hay una playa, pero que debajo de esa playa también hay que seguir buscando.

Además, el comisario de la muestra ha subrayado que hay diversas maneras de recorrer la exposición. En primer lugar, la cronológica: la que comienza en sus orígenes y va evolucionando hasta volver a la obra del adoquín.

Pero hay una alternativa «cortazariana» o «rayuelesca», en referencia a la novela «Rayuela», del argentino Julio Cortázar, que puede leerse de diversas maneras, y es a partir de las ciudades, ya que las obras que hagan referencia a ellas están marcadas con una V --Venecia--, P --París--, R --Roma--, T --Tánger-- y Z --Zaragoza--.

El director del IAACC Pablo Serrano, Julio Ramón, ha dicho que este es un proyecto «largamente acariciado» que finalmente ve la luz y ha agradecido la implicación de los familiares del artista y de las instituciones que han prestado obras para la muestra.

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