La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a la pena de tres años y medio de prisión por abusar sexualmente de una niña de 13 años diagnosticada de enfermedad intelectual, con discapacidad del 66%, en una piscina pública de la ciudad de València.
Así se desprende de la resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el tribunal condena al hombre por un delito de abuso sexual a menor de 16 años. Junto a la pena de cárcel, le impone la medida de libertad vigilada durante seis años con posterioridad al cumplimiento de la pena privativa de libertad; y la inhabilitación para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores por un tiempo superior en 10 años.
Además, el condenado no podrá aproximarse a la víctima ni a su domicilio a una distancia inferior a 300 metros durante un periodo de ocho años y tendrá que indemnizarla, a través de su padre, con 7.000 euros más los intereses legales generados.
Los hechos se remontan a la noche del 16 de julio de 2022 y tuvieron lugar dentro del agua en la piscina Parque del Oeste de València. En un momento dado, el condenado se acercó a la menor --representada por el abogado Mario Gil--, la abrazó y abusó de ella. Fue sorprendido por el padre de la niña, quien lo apartó de su hija y denunció los hechos.
El tribunal condena al hombre al dar credibilidad a la versión ofrecida de los hechos por parte de los padres de la niña y de la socorrista que presenció la escena. No cree en la declaración del condenado, quien defendió que la piscina cubría y que lo que hizo fue intentar sacar a flote a la niña porque pensaba que se ahogaba.
Sin embargo, la socorrista declaró en el juicio que la piscina no cubría sino hasta el ombligo, con lo que el condenado no pudo interpretar que la niña se ahogaba.
"hacía pie"
Por su parte, el padre de la niña explicó en la vista que esa noche acudió a la piscina, en la que trabajaba como mantenimiento, junto a su mujer y sus tres hijos, entre ellos la víctima, quien se bañó en la piscina mediana de las tres que hay en el recinto, «piscina en la que hacía pie, pues no le cubría», reiteró.
En un momento dado, explicó que se fue al bar de la piscina a por la cena y su esposa se quedó fuera a cargo de su hijo pequeño, mientras su hija de 13 años se bañaba a una distancia de un metro de la socorrista.
Precisamente la socorrista relató en su testifical, «firme, contundente y descriptiva», cómo vio lo que a ella le pareció en un primer momento una pareja en el interior de la piscina. Sin embargo, se percató de que ella estaba tensa y rígida, lo que le llamó la atención.
Seguidamente, vio al padre de la niña gritar al hombre que se alejase, y en ese instante entendió que se trataba de su hija. Luego el hombre se apartó.
Su testimonio coincidió con el del padre de la menor, quien al respecto indicó en el juicio que observó, tras volver con la cena del bar, a un hombre cogiendo por la espalda a su hija, agarrándola por detrás, con lo que le gritó y él le soltó y se le quedó mirando. Por su parte, la madre de la niña relató que su hija, tras el incidente, estaba en shock, callada y nerviosa.