La plantilla de la fábrica de tubos de escape Bosal en la localidad zaragozana de Pedrola ha ratificado este jueves en una asamblea, con el 68% de los votos a favor, el preacuerdo alcanzado este miércoles en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), que incluye el cierre de la factoría y el despido de los 131 trabajadores con una indemnización de 26 días por año, hasta un máximo de 15 mensualidades, todo ello vinculado a la evolución del concurso de acreedores al que se va a acoger la compañía.
El acuerdo, al que las partes llegaron tras el anuncio del cierre de la fabrica zaragozana, consiste en una indemnización de 26 días con un máximo de 15 mensualidades. Ha recibido 70 votos a favor, 26 en contra y tres abstenciones.
El presidente del Comité de Empresa, David Chico (CCOO), ha relatado a Europa Press que no estaban «para nada contentos» con el acuerdo, pero ha puntualizado que «la capacidad de negociación ha sido la que ha sido».
Así, de la indemnización acordada, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) anticipará parte de la misma, hasta 20 días por año con un tope, con lo que los empleados de mayor antigüedad y base reguladora percibirían un máximo de 31.100 euros.
La parte restante queda a expensas del resultado del concurso de acreedores, es decir, de que Bosal asuma las deudas que tiene, entre ellas la que va a contraer con el propio Fogasa por este anticipo.
En todo caso, Chico ha subrayado que «un no acuerdo» arrojaba el mismo resultado, pero sin la posibilidad de percibir esta segunda parte.
Osta rechaza el acuerdo
Entre los no firmantes está el sindicato OSTA, que no ha firmado el documento al entender que Bosal no garantiza el cobro de las indemnizaciones y que el pacto es «papel mojado».
«Es más, la dirección de Bosal ha manifestado una y otra vez en la negociación que hasta donde puedan pagarán y que después voluntariamente presentarán concurso de acreedores y, por lo tanto, la plantilla se verá obligada a reclamar en el Fogasa y no se percibirán las indemnizaciones acordadas», ha sostenido Cristina Escalada, de la Federación de Industria de OSTA.
Esta organización sindical ha rechazado también el acuerdo porque al ser ratificado por la plantilla «hace prácticamente imposible que ninguna denuncia individual se gane».
Por todo ello, han considerado que es la empresa la que queda como «la ganadora del conflicto», ya que 131 trabajadores se van «a la calle» con unas indemnizaciones que «no se pagarán en los términos del acuerdo».
Cronología del conflicto
La empresa Bosal presentó el pasado 16 de julio un ERE para todos los trabajadores de su planta de Pedrola, aduciendo la pérdida de un contrato con Volkswagen, que suponía el 80% de su producción.
Al malestar sindical se han sumado varios dirigentes políticos aragoneses, como la vicepresidenta del Gobierno autonómico, Mar Vaquero, que afirmó que «hay otra forma de hacer las cosas» y que «este no es el modelo que se corresponde con la forma de actuar de las empresas aragonesas que tienen problemas de viabilidad», además de lamentar que la forma en la que se ha desarrollado el proceso ha llevado «al límite» a los trabajadores.
Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Juan Antonio Sánchez Quero, trasladó personalmente su apoyo a los trabajadores, aseguró que «ha habido una voluntad de cierre que no se justifica con la situación real de la empresa» y confió en que no tuviera que ser el Fogasa el que asumiera el coste de los despidos y que la multinacional se fuera «de rositas».