La nueva consejera vasca de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, ha anunciado un «cambio de ciclo» en las políticas de memoria que desarrolla el Gobierno Vasco, y ha avalado la trayectoria y la «rigurosidad» del parlamentario del PSE-EE e historiador Alberto Alonso para asumir la dirección del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora.
San José, en declaraciones a los medios de comunicación a su llegada a la inauguración de una exposición en el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo de Vitoria-Gasteiz, se ha referido a la elección de Alonso como próximo director de Gogora y a las prioridades del Departamento de Justicia y Derechos Humanos en esta legislatura.
En este sentido, ha explicado que la «hoja de ruta» de su departamento está «muy clara», y que viene fijada en el programa de gobierno acordado por el PNV y el PSE-EE, formaciones que integran el Gobierno Vasco.
La consejera socialista, que ha sustituido al frente del Departamento de Justicia a la 'jeltzale' Nerea Melgosa, ha anunciado que «puede haber un cambio de ciclo» en las políticas que desarrolle el Ejecutivo en este ámbito, algo que --según ha dicho-- «ya se ha visto en el programa de coalición y de gobierno».
Respecto a la elección de Alberto Alonso como director de Gogora, ha subrayado que es una persona en la que tiene «toda la confianza» y que trabaja con gran «rigurosidad».
En su intervención posterior ante los asistentes a la inauguración de una muestra sobre la masacre cometida en 1974 por ETA en la cafetería Rolando de Madrid, la consejera se ha referido a algunos de los ámbitos de actuación que pueden marcar las políticas de memoria del nuevo Gobierno Vasco.
De esa forma, ha refirmado el compromiso del Ejecutivo con la construcción de «espacios de memoria, de encuentro, de recuerdo, de reflexión, de reivindicación de los valores fundamentales en la construcción de una sociedad democrática» frente a «discursos maniqueos, simplificados y caricaturescos».
Memoria y "rigor histórico"
«Mi compromiso, el de todo el Gobierno vasco, es impulsar una memoria firmemente anclada en el rigor histórico, en las investigaciones más actuales», ha explicado San José. La consejera ha planteado la necesidad de partir de esa base para «construir una memoria en la que la diversidad, el derecho a la diferencia y la pluralidad le ganen el terreno al odio, la exclusión o la homogeneidad cultural».
La consejera ha advertido de que «el silencio jamás podrá ser la respuesta», y de que «una sociedad adulta tiene que ser capaz de saber gestionar un 'pasado sucio'». «Una sociedad decente, y la nuestra estamos obligados a que lo sea, tiene que enfrentarse de cara a las injusticias perpetradas en su nombre; la calidad de nuestra democracia se medirá en relación con la respuesta que seamos capaz de darles», ha añadido.
En la misma línea, ha subrayado que se debe tener siempre presente «el dolor de las víctimas, y el significado político que tienen», dado que «fueron asesinadas, heridas, extorsionadas o perseguidas por una organización terrorista que quiso imponer su proyecto político».
En todo caso, ha considerado importante recordar que ETA no logró su propósito y que «fue obligada a desistir por el propio sistema democrático, la acción policial y judicial, y el progresivo rechazo social, junto con los miles de resistentes que defendieron siempre sus funciones a pesar de la amenaza».
"discursos excluyentes"
San José ha alertado, además, de que en la actualidad hay «razones añadidas» para seguir reivindicado los valores democráticos, puesto que «se extienden por el mundo discursos claramente excluyentes que amenazan las bases mismas de la democracia que tanto ha costado consolidar».
Además, ha avisado de que «Euskadi no está definitivamente vacunada» en materia de rechazo a la violencia. «Lo hemos visto la semana pasada, cuando el consejero de Seguridad fue recibido con pintadas amenazantes absolutamente inaceptables; lo hemos visto cuando un menor simula disparar contra un cabezudo que representaba a un Guardia Civil», ha añadido, en referencia a estos dos recientes incidentes registrados en el País Vasco.
En este sentido, se ha preguntado «cuánto odio queda escondido en los hogares». «Solo si lo recordamos y lo reconocemos, si incorporamos la voz de las propias víctimas, sentaremos las bases para que no se repita, para que nadie encuentre en el futuro una sola justificación ni excusa en la vulneración de un solo derecho humano ni de ninguna forma de terrorismo», ha añadido.