El Gobierno foral (PNV-PSE) ha propuesto desarrollar un proyecto piloto junto al Gobierno Vasco, en un municipio de Álava, para la implantación de un sistema integral de almacenamiento y retorno (SDDR) de envases, que permita evaluar la viabilidad de su implantación generalizada en Euskadi, alineados con sus planes de prevención y gestión de residuos.
PNV y PSE han dado a conocer este planteamiento durante una iniciativa planteada por EH Bildu, respecto a la planta de reciclaje de envases de Júndiz, en la comisión de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural celebrada este lunes en las Juntas Generales de Álava.
Un debate en el que cada grupo juntero ha presentado su propia moción con motivo del fin de la licitación de la planta a la UTE, formada por las empresas FCC y Yarritu, durante este año 2024, sin contar ninguna con el apoyo necesario para salir adelante.
Además de plantear el proyecto piloto, el juntero del PNV Garikoitz Bengoa ha manifestado la intención del Gobierno foral de «eliminar la bonificación por volumen» en la próximo licitación, así como «posibles mejoras para incrementar la seguridad laboral y calidad en la prestación del servicio».
Bengoa ha destacado que la planta de Júndiz «procesa unas 7.200 toneladas y que el rendimiento de esta instalación en cantidad de envases recuperados es superior al 90%, además de su alta calidad». Asimismo, ha abogado por «seguir implementando políticas que permitan reducir la cantidad de envases generados y adoptar medidas preventivas en sensibilización y formación» a la ciudadanía.
El juntero del PSE Iker Miranda ha señalado el objetivo en «la mejora en la selección y clasificación de los envases», ya que «solo el 39% de los envases se recogen de manera selectiva» y «el 61% restante tiene un problema adicional porque viene contaminado», por lo que «incluso después de su limpieza hace prácticamente nula su posibilidad de reutilización».
En este sentido, ha explicado que, «por mucho que consigamos aplicar y mejorar esta recogida selectiva, tenemos una limitación tecnológica», ya que «en base a la reutilización se producen migraciones, tanto de líquidos como de sólidos para el consumo humano». «Por mucho que aumentemos la selección, si continuamos generando, tiene una limitación en su uso y, al final, es un residuo que no sabemos tratar actualmente», ha añadido.
Publificación
Por su parte, la juntera de EH Bildu Ruth Ibisate ha puesto encima de la mesa «las deficiencias que existen en el funcionamiento de la planta de envases de Júndiz» y ha demandado «analizar la consecución de los objetivos planteados y abordar el camino de la gestión pública».
En este sentido, Ibisate ha planteado realizar «un estudio técnico, jurídico y económico sobre dicha publificación, para que la Diputación estudie otro modelo de gestión» y se ha mostrado favorable a eliminar la bonificación existente en la licitación, ya que «los beneficios obtenidos por la empresa son superiores a los especificados en la adjudicación», al «crecer, año tras año, la generación de este tipo de envases».
Por su parte, el procurador del PP Borja Monje ha evidenciado «el fracaso por llegar a los objetivos del 'Plan de Prevención y Gestión de Residuos de Álava», aprobado hace seis años, y ha demandado que la nueva licitación «no bonifique por envase» y refuerce «las tecnologías de tratamiento y eliminación necesarias que permitan una recogida más eficiente, una clasificación más precisa y un reciclaje adecuado, que mejore el alcance de una gestión integral de estos residuos».
Por último, el portavoz de Elkarrekin Araba, David Rodríguez, ha defendido la publificación de la planta de Júndiz, «para dar ya un impulso importante en la gestión pública de residuos en el Territorio» y ha añadido la necesidad de «desarrollar una campaña anual de concienciación, para sensibilizar y comprometer a la ciudadanía alavesa en la reducción del consumo de productos que generen residuos plásticos».