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Sergio Villanueva: "Estamos peligrosamente polarizados y en algún momento nos tendremos que entender y abrazar"

El escritor y actor aborda en 'Los adioses póstumos' la historia de una posible reconciliación entre hermanos

El escritor y actor Sergio Villanueva | JESÚS ROMERO LUQUE

| València |

El escritor y actor valenciano Sergio Villanueva cree que la sociedad está actualmente «peligrosamente polarizada, sobre todo a nivel político y social». «Y creo firmemente que en algún momento nos tendremos que entender, e incluso abrazar».

Así sucede en su nueva novela, 'Los adioses póstumos' (Algaida), un recorrido a través de la historia de una saga familiar de constructores valencianos, a lo largo del siglo XX, pero también la historia de una posible reconciliación entre hermanos.

El relato ofrece también «un viaje emocional con un mensaje importante: que la palabra escrita nos puede hacer muy presentes y capaces de transformar a los otros, incluso cuando ya no estemos», explica Villanueva a Europa Press.

El germen de la obra se remonta a la sensación que despertó en el autor un eclipse total en 2055 que presenció en el Parque del Retiro, en Madrid. «Me pregunté si elementos tan complicados como los astros, los satélites, los planetas pueden llegar a entenderse de un modo perfecto, ¿cómo no vamos nosotros a solucionar nuestras diferencias, si lo que es abajo es arriba? Con esta novela, eso mismo es lo que quiero despertar. Que el lector o lectora se den cuenta de que la literatura puede ejercer de mediador entre las personas que no llegan a entenderse».

Para ello, el narrador se sirve de una estructura elaborada que recurre a la metanovela y que se desarrolla en varias épocas toando como telón de fondo algunos que vuelven a la actualidad informativa por cuestiones como las nuevas 'leyes de concordia'.

Preguntado sobre esta cuestión, Villanueva señala: «Creo que estamos peligrosamente polarizados, sobre todo a nivel político y social. Y creo firmemente que en algún momento nos tendremos que entender, e incluso abrazar, como se plantea con estos dos hermanos gemelos de esta novela que representan una analogía de las dos Españas. Lo mismo sucedió en la Transición, por ejemplo, que a mí me pilló chutando balones, perdiendo canicas, o deseando besar a alguna niña de mi clase, como hacían los galanes en las pantallas de los cines de barrio de programa doble».

«Pero más allá de lo meramente político, --agrega-- creo que estamos recibiendo mensajes a nivel cosmológico que no sabemos entender por las prisas. Y, al igual que el protagonista de mi novela, los que contamos historias, debemos comprometernos con una narrativa que no sólo entretenga, sino que también genere una toma de conciencia a quien la reciba».

La literatura es memoria histórica

Para el autor, «la literatura es la principal fuente de conocimiento porque el ser humano aprende en mayor medida desde la lectura». «Atraparle en las páginas que les proponemos, sorprenderle, hacerle pensar, transformarle, es a lo que nos deberíamos comprometer como creadores quienes nos dedicamos a unir palabras hasta alcanzar la coherencia de un cuento, relato o novela. La literatura no es que desempeñe un papel fundamental en la memoria histórica. Es en sí misma memoria historia y, por tanto, urgente y necesaria porque nos hace, sencillamente, mejores personas», sentencia.

Sergio Villanueva reivindica en su producción su condición de valenciano y mediterráneo, algo que «imprime carácter». «Sin los olores, los sabores, las primeras visiones y los primeros tactos de aquellos lugares que han marcado la infancia de cada cual, es muy difícil alcanzar ese lugar hermético de los lectores, sus corazones. Yo creo que cuando eso se alcanza con la escritura, esa obra pertenece a la literatura».

«Si no recurro a mi procedencia, Valencia, el Mediterráneo, lo voy a tener algo difícil para alcanzar eso que me propongo cuando escribo que es llegar a acariciar el alma de quien llegue a asomarse a algunas de mis páginas, que olvide por un rato los problemas que le esperan en el despacho, que vuelva a sentir que es posible reconciliarse con quien hace tiempo no se dirige la palabra», concluye.

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