«El caso de Carlos Vermut es al final la punta del iceberg de algo mucho más grande», apunta el actor y director Raúl Arévalo, quien considera que toda conducta de agresión sexual «tiene que ser denunciada», pues son «deleznables» y «tienen que extinguirse» estos comportamientos, desde aquellos que apuntan al cineasta «hasta todos aquellos que no se han dicho y todos los que vayan saliendo».
Arévalo se pronuncia así, en una entrevista concedida a Europa Press antes de recibir el Premio Especial en la IX edición del Festival Antonio Ferrandis de Paterna, ante las acusaciones de violencia sexual contra Vermut y sostiene: «Cómo no me voy a posicionar». Rechaza emplear la palabra «consuelo» y asegura que le «alegra pensar que algo poco a poco está cambiando», aunque reconoce que «todavía queda muchísimo por cambiar».
Insiste en que ante la violencia sexual «hace falta mucho más». «Aunque quiero pensar que cada vez menos, hay muchos comportamientos de hombres que ven a otros hombres comportarse de una manera inadecuada y no solo no denuncian, sino que a veces incluso se ríen de determinadas gracias. Ya no hablo de una agresión, sino también de un comportamiento o un comentario que no viene a cuento y que todavía en eso queda mucho por cambiar», sostiene.
El director se muestra optimista porque piensa que «esas cosas poco a poco van cambiando» y cuenta que precisamente este sábado en su viaje en tren hacia València ha presenciado una escena que sirve como «ejemplo»: «Un niño le ha dicho a su padre que dos niñas no le dejaban jugar con ellas y este ha contestado, 'Si es que ya sabes cómo son las mujeres'. Entonces tres mujeres se han girado y el señor ha pedido perdón por el comentario».
Sobre la otra polémica que marcó los Premios Goya 2024 --la respuesta de Pedro Almodóvar al vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, quien calificó de «señoritos» a los integrantes del cine español--, Arévalo afirma que es «maravilloso» que el cineasta «le haya cerrado la boca» (a Gallardo) con «la elegancia y el peso que tiene». «No cae en una cosa de 'y tú más' o en una guerra, no entra en sus juegos», valora.
Por este motivo, asevera que «aplaude» y «agradece» la intervención de quien considera el «perfecto represente de todos nosotros para poder contestar». Y suscribe sus palabras: «El cine da mucho más a las arcas del Estado, que las arcas del Estado al cine. Eso es así, se puede comprobar y ahí están los números». «Lo que pasa es que esto se lleva diciendo desde que yo me dedico a esto y creo que se seguirá diciendo», apostilla.
"una especie de empujoncito"
El Premio Especial del Festival Antonio Ferrandis a su carrera artística lo recibe como un «regalo» y una «especie de empujoncito». «Es muy bonito, porque cuando te dan un premio por un trabajo que ya has hecho, algo concreto, te hace mucha ilusión; pero cuando es por la carrera que llevas, se agradece mucho porque te da subidón y energía para seguir», resalta.
Y bromea que le «impresiona un poco», pues, a su juicio, los homenajes «suenan más a señores mayores». Al premio se suma la proyección de su única película dirigida hasta la fecha, 'Tarde para la ira' (2016), en una sala de los cines Kinépolis, un hecho que le ha hecho «mucha ilusión».
Como actor, le «cuesta» elegir entre sus múltiples trabajos en la pequeña y la gran pantalla y el teatro, aunque finalmente dice tener «mucho cariño» y haber «disfrutado muchísimo» sus primeras apariciones, la película 'La Isla Mínima', la serie 'Antidisturbios' y la obra 'Urtain'. «Pero no me quedaría tampoco con ninguno en concreto, me quedaría con la suerte de haber trabajado con tanta gente», matiza.
Sus 22 años en el mundo artístico han estado marcados por «altibajos», con «momentos bonitos y momentos peores». «Me he dado cuenta de que llevo 22 años de carrera y tengo 44. Llevo la mitad de mi vida, toda mi vida adulta, asociado a actuar, dirigir, hacer teatro», reflexiona, a la vez que asevera poder «recordar los momentos, tanto buenos como malos, de la vida y asociarlos a momentos de películas, obras de teatro o personajes». «Es muy bonito», expresa.
Entre los títulos más destacados de esa trayectoria se encuentran su debut en la mítica serie 'Compañeros'; su interpretación en 'AzulOscuroCasiNegro', que lanzó su carrera como actor, o la participación en numerosos proyectos audiovisuales como 'Balada triste de trompeta', 'Primos', 'Voy a pasármelo bien', 'El tiempo entre costuras' o 'Dolor y gloria'. En su palmarés cosecha tres Goya. Su papel en 'Gordos' le valió el premio al Mejor actor de reparto. Y en 2016 su primer largometraje como director mereció las estatuas a Mejor dirección novel y Mejor guion original.
Dirigir, "mi sueño"; actuar, "lo que me da de comer"
A pesar de su amplio currículum como actor, su «sueño» es dirigir y admite que «cuanto más pronto» pueda volver a hacerlo «mejor». Avanza que tiene «un par» de proyectos en mente, pero que «todavía» no ha intentado «moverlos bien». «El año que viene, a lo mejor», baraja, y recalca que, «desde que tú quieres» comenzar una película o una serie «hasta que te la producen, se tarda tiempo». «Pero vamos, que me gustaría, me gustaría», zanja.
Hasta ese momento, es consciente de su «suerte» al tener trabajo como actor «en un momento que es difícil». «Es lo que me da de comer y, entonces, lo aprovecho», añade. En este sentido, sus planes de futuro pasan por «seguir creciendo» y «hacerse mayor siguiendo haciendo teatro, dirigiendo alguna peli, alguna serie, haciendo personajes (algunos bonitos, algunos no tanto), conociendo a gente nueva que se dedique a esto...».
Precisamente, tras trabajar a las órdenes de figuras como Pedro Almodóvar (en 'Dolor y gloria') o Rodrigo Sorogoyen (en 'Antidisturbios'), destaca que le «encantaría» rodar con Juan Antonio Bayona o Fernando León, «repetir con todos» aquellos cineastas con los que ha trabajado y conocer a aquellos con los que no, entre los que menciona a directores noveles que «todavía» desconoce.