El sacerdote zaragozano, Fernando Arregui, ha sido nombrado oficial del Dicasterio de los Obispos para las diócesis de habla hispana. En breve ocupará su puesto en Roma, en el Dicasterium pro Episcopis, que es como se denomina a la institución de la Curia Romana, dado que su nombramiento se ha hecho oficial recientemente.
Fernando Arregui, nacido en Zaragoza, ha recibido la comunicación de la Santa Sede «con sorpresa», y a partir de ahora será el responsable de «todo lo relativo a la constitución y provisión de las iglesias particulares y al ejercicio de la función episcopal en la iglesia latina», en este caso, para «gestionar todo lo relativo a los obispos de habla hispana», ha informado la Archidócesis de Zaragoza.
En la actualidad, ejercía como párroco de San Gil y capellán del Real Zaragoza, además de consiliario de la Junta de Cofradías y vicario de Segunda Instancia del Tribunal Interdiocesano y profesor de Derecho Canónico. «Han valorado sobre todo mis conocimientos en derecho canónico», ha apuntado.
Asimismo, ha reconocido que este puesto ha sido «inesperado» y supone una «responsabilidad altísima», además de un cambio radical en su vida, que le obliga a alejarse de su familia, los amigos y de la diócesis, «que tan importante es para cualquier sacerdote».
"sentido evangélico y eclesial"
Por otro lado, Arregui ha precisado que algunas de las características más apreciadas para ser obispo son «el sentido evangélico y eclesial, la autenticidad personal y la vocación de servicio».
«Un obispo ha de tener, además de inteligencia e intuición, una actitud cercana y mucha empatía», ha considerado, añadiendo que antes de ser obispo «es muy importante que haya sido pastor, que haya tenido una grey como sacerdote».
El puesto que ocupará Arregui en la Curia vaticana será durante los próximos cinco años y en él coincidirá con otro aragonés, el oscense y actualmente obispo de Teruel y Albarracín, monseñor José Antonio Satué Huerto, quien fue nombrado, en septiembre de 2023, miembro del Dicasterio.