Los Mossos d'Esquadra, en un operativo conjunto con la Policía Nacional y la Polícia Judiciária portuguesa, coordinado por la Europol, detuvieron a nueve personas que presuntamente secuestraron a un empresario de 84 años en Almancil (Portugal) y lo ataron a un árbol en Collbató (Barcelona).
Así lo han explicado en una rueda de prensa este jueves el jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Metropolitana Sur de los Mossos d'Esquadra, Rafael Montes; el inspector jefe de la sección Udyco de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante de la Policía Nacional, Juan Castillo, y el inspector jefe de la Polícia Judiciária da Diretoria do Sul (Portugal), Batista Correia.
La investigación se inició el 24 de agosto, cuando un empresario portugués fue presuntamente abordado, golpeado, amenazado con armas de fuego y atado en su vehículo por la organización criminal cuando se dirigía a una propiedad inmobiliaria que tenía en venta en Almancil.
Los asaltantes se desplazaron con el vehículo de la víctima 1.200 kilómetros (en un trayecto que duró unas 20 horas) hasta llegar a Collbató (Barcelona), donde lo dejaron «abandonado y atado en un árbol de una zona boscosa», ha explicado Montes.
«Durante todo el trayecto, los asaltantes hicieron movimientos bancarios desde la cuenta de la víctima a 52 cuentas bancarias ubicadas en Francia y Lituania, e incluso pararon en algunos cajeros automáticos para sacar dinero en efectivo. Lo que supuso un perjuicio global de unos 100.000 euros», ha añadido el jefe de la DIC de la Región Metropolitana Sur de los Mossos d'Esquadra.
La víctima «consiguió desatarse del árbol, pero se encontraba desorientado», y un vecino de la localidad lo encontró y alertó a la Policía Local de Collbató, quienes activaron el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) y trasladaron al hombre hasta un centro hospitalario.
Montes ha detallado que, paralelamente, el hijo de la víctima alertó a las autoridades policiales de Portugal de la desaparición de su padre, y ellos iniciaron el intercambio de información con los cuerpos policiales a través de la Europol, que posteriormente recogieron huellas dactilares del coche de la víctima, monitorizaron varios teléfonos móviles y analizaron el sitio donde ataron al hombre.
Detenciones fallidas
Tras completar la investigación, los investigadores agendaron un día para detener a los presuntos integrantes de la organización --tres de ellos fueron los encargados del secuestro y el resto de las transferencias bancarias--, pero constaron que «los principales investigados se habían ido de forma inesperada a Portugal».
«Gracias a la colaboración con la policía portuguesa, el equipo conjunto de investigadores supo que el motivo del desplazamiento a este país era llevar a cabo otro secuestro en la localidad de Setúbal (Portugal)», ha explicado Castillo.
Segundo intento de secuestro
El 11 de diciembre, una empresaria portuguesa estacionó su vehículo delante de casa y dos personas presuntamente la amenazaron con un arma de fuego e intentaron introducirla en el asiento posterior del vehículo.
«La mujer gritó y su marido salió de casa y forcejeó con los secuestradores, que finalmente huyeron con el vehículo de la víctima», ha añadido Correia, y gracias a un sistema de geolocalización, ubicaron a los presuntos secuestradores en Torremolinos (Málaga), donde la Policía Nacional detuvo el 12 de diciembre a cinco personas implicadas en los hechos, dos de ellas involucradas en el primer secuestro.
Los otros cuatro implicados en el primer secuestro fueron detenidos en Alicante y Málaga el 13 de diciembre, y los agentes realizaron siete entradas y registros en Málaga, Alicante, Murcia y Marbella, donde encontraron documentación falsificada y armas simuladas y reales.
Además, Montes ha asegurado que las tres personas que presuntamente materializaron el primer secuestro, de unos 24 años, han ingresado en una prisión de Alicante y «muy probablemente sean juzgados en Catalunya», mientras que los otros detenidos fueron puestos en libertad con cargos.
Extremadamente violentos
El jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Metropolitana Sur de los Mossos d'Esquadra ha destacado que eran un grupo de «gente joven, extremadamente violenta, que hizo una planificación clara de los hechos».
El inspector jefe de la Polícia Judiciária da Diretoria do Sul ha manifestado que «los secuestradores tenían una movilidad permanente, utilizaban diferentes vehículos para no dejar rastro y siempre buscaban empresarios con grandes cantidades de dinero y las seguían mientras planeaban su secuestro».
Por su parte, el inspector jefe de la sección Udyco de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante de la Policía Nacional, ha enviado un mensaje de tranquilidad: «Este tipo de secuestros no son habituales».