Agentes de Policía Nacional de la comisaría de Dos Hermanas (Sevilla), en unión de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Sevilla, han procedido a la liberación de cinco ciudadanos extranjeros que estaban siendo explotados laboralmente por dos compatriotas suyos, y viviendo en condiciones de semiesclavitud, siendo arrestados ambos presuntos responsables de la situación.
La Policía Nacional detectó una nave industrial semiabandonada, ubicada entre las localidades de Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas, que figuraba como una empresa dedicada a la actividad legal de recogida, almacenaje, clasificación, distribución y venta de ropa de segunda mano, aunque esta no poseía ningún rótulo o logotipo que diera a conocer qué tipo de actividad se realizaba en su interior.
Fruto de la investigación y de las vigilancias practicadas, se pudo determinar que en la nave se trabajaba a puerta cerrada, sin visibilidad alguna desde el exterior, extremando las medidas de seguridad en sus mínimas y fugaces aperturas con el fin de no ser descubiertos en su ilícita actividad, y con un constante trasiego de portes de material textil que se hacían hacia el interior de la nave a distintas horas.
Por todo lo anterior, se decidió intervenir junto con la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Sevilla, observando el deplorable estado de las instalaciones: cuartos de baño insalubres, riesgo evidente de derrumbe ante los centenares de «bultos» de ropa almacenada sin control, elevado riesgo de incendio debido a la falta de diligencia en las instalaciones eléctricas, etcétera.
Además, durante la inspección se observó que la nave principal conectaba con una segunda nave a través de un agujero en uno de los muros, estando dicho acceso oculto con sacas industriales de ropa de gran tamaño.
Semidesnudos y entre bolsas de basura
A través de ese agujero, del que emanaba «un insoportable hedor», se localizó a cinco ciudadanos semi desnudos en lo que al parecer era un antiguo congelador industrial, cerrado desde el exterior, los cuales estaban durmiendo en colchones en el suelo con numerosas bolsas de basura de comida putrefacta a su alrededor.
El lugar carecía de aseo, motivo por el que estas personas tenían que hacer sus necesidades en un rincón del mismo lugar donde habitaban. Ante la presencia policial, estos se quedaron sorprendidos, presentando todos ellos un claro «estado de aturdimiento» y «dificultad de movilidad».
Con la condición de que nadie les viese
Las personas liberadas, no poseían documentación alguna, y manifestaron a los agentes actuantes «que les dejaban dormir en el lugar si trabajaban para ellos y no eran vistos por nadie del exterior», ya que de lo contrario tomarían represalias contra ellos.
Para la captación de este tipo de personas, uno de los detenidos tenía la función de buscar a compatriotas suyos que estuvieran en situación de vulnerabilidad, con la promesa de algún día hacerles un contrato legal y así poder regularizar su situación administrativa; mientras que el otro, que actuaba como gerente de la Empresa, controlaba a los inmigrantes mediante un sistema de cámaras de grabación ubicado en la misma nave. Por todo ello, se procedió a la detención de los responsables de la empresa, siendo ambos puestos a disposición de la Autoridad Judicial.