El Ayuntamiento de Sevilla «no ha recibido ninguna respuesta por parte del Gobierno central» en relación con la llegada de migrantes que llegaron a las Islas Canarias en cayucos. «Mantuvimos una reunión con el ministro José Luis Escrivá --entonces ministro en funciones de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones-- para pedirle coordinación y lealtad institucional, que no se ha cumplido por parte del Gobierno con la ciudad».
Así lo ha expresado la portavoz del Gobierno local, Minerva Salas, en declaraciones a los medios, en las que ha indicado que el Ayuntamiento «vuelve a tender la mano al Ejecutivo Central para trabajar conjuntamente, para atender a las personas migrantes que llegan a nuestra ciudad con los mejores servicios municipales posibles».
«Queremos la información de cómo van a llegar, de cuándo llegan y poder atenderlos con la mejor manera posible», ha señalado al respecto la también primera teniente de alcalde del Ayuntamiento. «Hemos hablado con diferentes entidades, le hemos ofrecido los servicios municipales, tanto de alimentación, como de asesoría jurídica, laboral, o incluso viviendas o las instalaciones municipales de atención a personas sin hogar en la ciudad».
En este sentido, Salas ha señalado que Sevilla es una «ciudad solidaria, comprometida, que apoya a las personas que vienen escapando de situaciones muy difíciles, como la mayoría de estas personas migrantes que llegan a nuestro país, y lo que ofrecemos son todos los recursos municipales disponibles en este sentido».
El pasado 31 de octubre, el concejal de Barrios de Atención Preferente y Derechos Sociales, José Luis Martínez, celebró una videoconferencia con el ministro de Inclusión en torno a la acogida de migrantes procedentes de Canarias, y expuso entonces que, fruto de dicha conversación, habría trascendido que la idea del Gobierno sería que Sevilla acogiera «entre 70 y cien personas».
El concejal popular lamentó que el ministro socialista no hubiera aportado mayor «certidumbre» en cuanto al número «específico» y «real» de migrantes que llegarían a Sevilla y los espacios concretos que baraja el Estado para su alojamiento.