El escultor Miquel Navarro, Premio Nacional de Artes Plásticas, ha levantado dos ciudades en el Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM), acompañadas de fuentes, albercas, torres e incluso insectos, para que sus visitantes puedan descubrir un paisaje urbano «metafísico» que «podría ser Nueva York» o cualquier otra ciudad, pero que al mismo tiempo también tiene presente su Mislata natal o las murallas de la capital del Turia.
«Tengo todas las referencias que quieras, pero al final acabo siendo Miquel Navarro», ha asegurado este miércoles el artista durante la presentación de la exposición 'Urbanismo poético', compuesta por cerca de una decena de obras de barro, zinc y terracota que dejan entrever tanto las memorias de su casa familiar y su ciudad, como las influencias del constructivismo ruso o el futurismo italiano, ha destacado.
La muestra, que se inaugura este miércoles y puede visitarse hasta el 10 de diciembre, incluye una obra inédita --'Torres inclinadas' (2020)-- y otras expuestas por primera vez en València. Discurre entre el vestíbulo del museo y la sala Parpalló, donde se puede ver el prototipo de la 'Pantera Rosa' que se levanta en la valenciana plaza de Manuel Sanchis Guarner.
«La ciudad es un pretexto para reunir mis cosas, buenas y malas, puede haber fobias y encantos, y la ciudad es como un conjunto que reúne un cosmos específico», ha destacado Miquel Navarro, antes de añadir que la ciudad también «es como una guarida, un escondite, es la protección, una defensa del exterior» y al mismo tiempo es «como un cuerpo humano, cuyo centro es el corazón de la ciudad».
Las ciudades miquelianas tienen «un elemento muy evidente arqueológico, donde está muy claro lo que es la ruina, el orden y el caos». «La ruina es un elemento romántico y, como tal, tiene un toque poético muy fuerte», ha comentado.
Para Miquel Navarro, la ciudad también «es un belén», el «paisaje escultórico por excelencia». «El belén nace en Nápoles y en España, a través de su conexión con la ciudad, se introduce con mucha facilidad. Es un paisaje escultórico y como tal tiene una poesía tremenda y un elemento de la teatralidad», ha subrayado, antes de recordar los momentos felices de su infancia en los que los montaba en Navidad.
Diálogo con la valència del s.xviii
Pero Navarro admite que sus ciudades «son más metafísicas, no existe el hombre, el hombre es el espectador». Una característica que tiene en común su obra con la maqueta de la València del siglo XVIII de Padre Tosca que preside el hall del MuVIM y que ahora comparte espacio con la 'Ciudad 84-85' de Miquel Navarro, un monumental conjunto de zinc creado entre 1984 y 1985 al que, para la ocasión y en un guiño a la capital del Turia, el artista le ha añadido unas murallas.
La confrontación de estas piezas es en palabras de la comisaria de la muestra, Carmen Velasco, «una invitación a reflexionar sobre el pasado, presente y futuro de las ciudades», «las ciudades que queremos» y en las que «aún tenemos margen de maniobra para corregir».
Tanto el diputado de Cultura, Paco Teruel, como el director del museo, Rafael Company, han destacado también el diálogo que se establece en el hall del MuVIM entre la maqueta y la ciudad de Miquel Navarro. «El movimiento ilustrado del s. XVIII nos aboca tres siglos después a las ciudades de Miquel Navarro», ha comentado Teruel, para quien las obras del escultor «forman parte del urbanismo que nos envuelve» y se han convertido en un «orgullo colectivo de todos los valencianos».
En ese sentido, Company ha añadido que, si la maqueta de Padre Tosca era «un proyecto necesario para que la ciudad se quisiese más a sí misma» y poner en valor la importancia de respetar el patrimonio, con la ciudad de Miquel Navarro justo a su lado, el MuvIM se vuelve «testimonio de un diálogo a caballo de los siglos y que puede ayudar con esa poesía a nuestra verdad histórica, a que los ciudadanos puedan reflexionar mucho sobre la trascendencia de vivir en las ciudades».
El jefe de exposiciones del MuVIM, Amador Griñó, ha explicado que cuando se empezó a ideas la muestra, la comisaria Velasco expuso que «la mejor forma de reflexionar sobre las ciudades a partir del arte era contar con Miquel Navarro».
Griñó, bajo la premisa de que «la imaginación es la fuente de toda creación y el origen de todos los avances estéticos y científicos», ha resaltado que Miquel Navarro es «un escultor y un urbanista poético, sus ciudades son todas inventadas, imaginadas y cambian y se adaptan donde se ponen, como las ciudades reales». Así, ha señalado que el escultor «inventa ciudades como la literatura y la poesía, porque la ciudad es necesaria como escenario de la vida y la filosofía».
"he hecho mejor valència"
La comisaria de la exposición ha reconocido que «es muy difícil articular un discurso novesodo sobre un artista que ha expuesto tanto y tan bien y en los principales museos del mundo». Además, ha destacado que su obra y su nombre son reconocibles por los valencianos acostumbrados a ver en València su 'Pantera rosa' y 'Parotet', algo que no puede decirse de muchos escultores.
«Navarro es un escultor, ceramista, pintor, dibujante, escenógrafo y creador audiovisual. Encara una madurez con inteligencia, sin renunciar a sus orígenes. Ha hecho mejor València, más escultórica, y ha dotado a la ciudad de personalidad. Es uno de los mejores escultores de la actualidad», ha asegurado Velasco.
La comisaria ha recordado que el proyecto de esta exposición nació en la anterior legislatura y ha agradecido a las dos administraciones que hayan «dejado hacer»: «Lo que necesitan todos los profesionales es que no se les pongan obstáculos para desarrollar su tarea, los profesionales de la cultura no son diferentes».