Un equipo internacional de investigación de España y Francia ha realizado el análisis químico y tecnológico de la colección más amplia de colorantes minerales rojos y amarillos conocida, fechada en la Middle Stone Age (Edad de Piedra Media, hace entre 300.000 y 40.000 años) y hallada en la cueva de Porc-Epic, en Etiopía.
El estudio --publicado en la revista 'Scientific Reports' y liderado por la investigadora Daniela Rosso, de la Universitat de València) en colaboración con investigadores del CNRS francés-- revela que los habitantes de la cueva modificaron gradualmente las técnicas para producir polvo de colorante, como consecuencia de cambios culturales o ambientales que limitaron el acceso a materias primas de calidad.
El uso de colorantes se considera una etapa crucial en el desarrollo cultural de las sociedades humanas. Sin embargo, son escasos los yacimientos paleolíticos que han proporcionado colecciones arqueológicas lo suficientemente amplias como para reconstruir con precisión la adquisición, el procesado y el uso de estos minerales, explica la institución académica valenciana en un comunicado.
La cueva de Porc-Epic, en Dire Dawa (Etiopía), fechada hace aproximadamente 40.000 años, es uno de los escasos yacimientos paleolíticos que ha proporcionado un registro continuo y extenso del uso de colorantes, y que abarca un periodo de como mínimo 4.500 años. Durante la excavación del yacimiento se hallaron más de 40 kilogramos de colorantes (4.213 fragmentos), 21 herramientas usadas para extraer polvo de colorante (molinos y machacadores) y dos artefactos con residuos de colorantes.
Mediante el análisis de la composición química de los fragmentos de colorantes hallados y de colorantes naturales recogidos en los alrededores de la cueva, así como el estudio de las técnicas empleadas para procesar estas rocas, se ha descubierto que los habitantes del yacimiento podían predecir las propiedades de los diferentes tipos de colorantes accesibles en su entorno.
Con ello, apuntan, podían adaptar gradualmente su tecnología para hacer frente a los cambios en la disponibilidad de materias primas, según el artículo que publican Daniela Rosso (Universitat de València), Martine Regert (CNRS, Université Côte d'Azur) y Francesco d'Errico (CNRS, Université de Bordeaux y University of Bergen).
El análisis de los colorantes de Porc-Epic revela que los habitantes de la cueva recogían una gran variedad de rocas y las llevaban al asentamiento para producir polvos de colorante de diferentes texturas y tonalidades, probablemente adaptados a diferentes actividades de tipo simbólico o funcional.
Sin embargo, la presencia constante, a lo largo de las ocupaciones del yacimiento, de colorantes rojos, ricos en hematita, indica que los habitantes de Porc-Epic se interesaban específicamente por este color y mineral a la hora de recoger colorantes en su entorno o de intercambiarlos con poblaciones vecinas.
Los colorantes de grano fino, ricos en óxidos de hierro y escasos en el entorno de la cueva, se procesaban a menudo por abrasión para producir polvo de colorante de calidad, caracterizado por una textura fina y un color rojo intenso. Los colorantes de menor calidad, ricos en granos de cuarzo y abundantes en los alrededores de la cueva, se fracturaban y machacaban para producir un polvo más grosero.
Cambio en las preferencias
La investigación revela un cambio en las preferencias de materias primas a lo largo de las ocupaciones del yacimiento: el colorante de calidad se usaba con más frecuencia en los niveles antiguos, mientras que el uso de colorantes de menor calidad aumentó paulatinamente a lo largo del tiempo.
Estos cambios en el uso de colorantes son el reflejo de una cultura en lenta transición, que sustituye progresivamente rocas exóticas y ricas en hierro por otras de menor calidad, más pobres en hierro, disponibles localmente. Esto podría ser la consecuencia o bien de un cambio cultural, que implicaba un uso de colorantes más groseros vinculados al aumento de determinadas actividades, o bien a un acceso más limitado a materias primas de calidad, debido a cambios en procesos erosivos que potencialmente acercaban al yacimiento materias primas de calidad desde sus fuentes primarias.
El estudio de esta colección de colorantes pone de manifiesto una práctica cultural profundamente arraigada en la sociedad del final de la Middle Stone Age, pero en constante evolución, durante un periodo clave para nuestra comprensión del origen y desarrollo de las primeras culturas complejas.
Este estudio ha sido realizado por investigadores de la Universitat de València (Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua, grupo de investigación Premedoc), el laboratorio CEPAM (CNRS/Université Côte d'Azur) y el laboratorio PACEA (CNRS/Université de Bordeaux). La investigación ha contado con el apoyo de la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Ciencia e Innovación; la Fundación Fyssen (Francia); el SFF Centre for Early Sapiens Behaviour (SapienCE) de Noruega; el programa de investigación LaScArBx (Univ. de Bordeaux); el Programa Talents (Francia); el Grand Programme de Recherche 'Human Past' de la Initiative d'Excellence (IdEx) de la Universidad de Bordeaux y la subvención ERC Synergy Grant QUANTA (n.º 951388).