El verano de 2023 se prevé caluroso en la Comunitat Valenciana, aunque no tanto como el del año pasado que batió todos los récords, y con más episodios de precipitación en forma de tormentas que pueden ser más frecuentes y estar más concentradas. Además, volverán las noches tropicales y el viento de poniente y el agua del mar estará muy cálida, previsiblemente sin llegar a los extremos de 2022.
Así lo han avanzado el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Jorge Tamayo, y el responsable de Climatología, José Ángel Núñez, en el balance del año hidrológico y de la primavera. «No creo lo que se decía de que el verano pasado sería el más frío de nuestra vida», ha señalado Tamayo tras recordar que el de 2022 fue un estío «muy excepcional» por las altas temperaturas.
Según sus previsiones, los termómetros estarán por encima de lo normal entre junio y agosto, al igual que en el resto de España, pero sin llegar a la situación extrema del año pasado. Las «típicas tormentas de verano» también serán superiores a lo habitual, teniendo en cuenta que estos meses suelen estar muy concentradas y que en el Mediterráneo hay zonas donde «no cae ni una gota».
Se trata de un fenómeno cada vez más habitual, con un patrón de lluvias más intensas y concentradas en menos días al que le siguen periodos de sequía más recurrentes, al igual que esta primavera en la que se han acumulado en la segunda quincena de mayo tras un marzo y un abril significativamente seco.
Las elecciones, "en plena canícula"
Una de las fechas marcadas en el calendario de este verano es el 23 de julio, día de las elecciones generales anticipadas. Es pronto para pronosticar el tiempo que hará ese domingo, pero coincide con la «plena canícula» --periodo en el que el calor es más fuerte-- que va del 22 de julio al 5 de agosto. «La gente del interior que vaya a votar por la mañana», ha añadido el responsable de Climatología.
En general, todavía es pronto para saber si habrá varias olas de calor como en 2022, aunque el verano meteorológico ha comenzado con menos fuerza que el del año pasado y esto podría alargar el calor hasta la entrada del otoño. «En el clima mediterráneo, lo normal es que el clima no sea normal», ha apuntado el delegado de AEMET.
Lo que sí será habitual serán las noches tropicales, que «protagonizarán todo el verano», y el viento de poniente aunque «no muy fuerte». Las brisas ayudarán a bajar los termómetros en las zonas cercanas al mar, que volverá a estar muy cálido --ahora ronda los 22-23 grados--, aunque es «poco probable» que llegue a los picos de 30 grados de 2022.
El déficit de lluvias cae a la mitad en un mes
Respecto al riesgo de incendios forestales, tras una primavera que arrancó con un gran fuego en Villanueva de Viver (Castellón), las últimas lluvias pueden contribuir a que el terreno esté menos seco este verano, ya que el déficit de precipitación ha bajado del 41% de abril al 20% a principios de junio.
Eso sí, hay zonas del norte de Valencia y el sur de Castellón donde no ha llovido tanto y las montañas siguen secas. «Cuanta más lluvia bienvenida será», ha resumido el delegado de AEMET, además de resaltar que en otras partes de España la situación es más desfavorable.
La primavera más calurosa en al menos 73 años
Como balance, la Comunitat ha vivido una primavera extremadamente cálida, la más calurosa desde al menos 1950, y pluviométricamente normal gracias a las lluvias de la segunda mitad de mayo. La temperatura media (15,6ºC) está 1,7ºC por encima de la climatología de referencia, mientras la precipitación acumulada alcanza 112,6 litros por metro cuadrado y está un 22% por debajo del promedio 1991-2020.
Ahora bien, los responsables de AEMET han explicado que es probable que la sensación sea que esta primavera no ha sido tan cálida por la bajada de termómetros de los últimos 15 días, cuando el final de abril fue «posiblemente el más cálido de la historia». Hubo más de 60 días consecutivos, del 7 de marzo al 11 de mayo, con temperaturas muy superiores al promedio.
Por meses, en marzo hubo tres picos cálidos destacados: el primero el día 11 en Castelló de la Plana con récord de temperatura (30,8ºC), el segundo el día 23 con el incendio de Villanueva de Viver y el tercero a finales de mes. En abril se produjo el episodio más cálido en la Comunitat en este mes, con un día 29 con temperatura equivalente a junio.
En mayo, la primera quincena fue muy cálida, con una anomalía de +1,8ºC, y la segunda muy fría, con una anomalía de -1,7ºC. Y ahora en junio continúan las temperaturas ligeramente por debajo del promedio.
Las últimas lluvias no evitan que esta primavera haya sido la más seca de los últimos cinco años, aunque con diferencias entre provincias. Mientras Alicante ha vivido una primavera húmeda, con un 35% de superávit, Castellón ha registrado un déficit del 37% y Valencia del 35%.
También hubo gran diferencia entre marzo y abril, los meses más secos de sus series, y una segunda mitad de mayo con sucesivos episodios de tormentas salvo en el norte de Valencia. De hecho, el 96% de la precipitación de toda la primavera se acumuló durante los últimos 20 días del mes pasado.
Los máximos de lluvias se registraron en localidades como l'Orxa (337 l/m2), Tibi (319,5), Agres (284,3) u Ontinyent (283,4), mientras los mínimos se dieron en Llíria (9 l/m2), Massamagrell (15,2) o Bétera (19,8). En la ciudad de València solo se acumularon 32 litros por metro cuadrado durante esta primavera.
Año hidrológico seco, a pesar de los temporales
En cuanto al balance del año hidrológico, que va del 1 de octubre al 31 de mayo, los ocho primeros meses tienen un carácter seco en la Comunitat, con una precipitación acumulada de 306,4 litros por metro cuadrado que esta un 20% por debajo del promedio.
Se registraron tres claros temporales de lluvia: el 11 y 12 de noviembre, el 7 y 8 de febrero con la borrasca 'Isaack' que dejó nevadas en Castellón y las tormentas de la segunda mitad de mayo con precipitaciones torrenciales en la madrugada del día 26 en Castellón.
Hasta el 90% de la Comunitat Valenciana presenta déficit pluviométrico, sobre todo las comarcas del Alto Palancia, la Hoya de Buñol, el Camp de Túria, la Serranía, el Alto Mijares y l'Horta Nord.