Un equipo de Urología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza ha realizado este martes una prostatectomía radical o extirpación de la próstata con el robot Da Vinci, la primera de cirugía robótica efectuada en la comunidad autonoma, con el robot Da Vinci, que se instaló en este centro el pasado mes de marzo.
La intervención ha corrido a cargo de los urólogos Alberto Gonzalvo y Ángel Borque y de la jefa de servicio de Urología, María Jesús Gil Sanz, que han contado con el apoyo del tutor Mario Domínguez, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander.
Las primeras intervenciones en las que se utiliza esta tecnología siempre son tutorizadas por lo que en el ámbito científico se conoce como 'proctor', que son cirujanos con amplia experiencia en el uso de las técnicas que se implantan de forma novedosa en otro centro, ha informado el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
El paciente permanece ingresado y evoluciona según lo previsto. En quirófano fue asistido por las anestesistas Mercedes García, Beatriz Martín y el jefe de servicio de Anestesia, Javier Martínez Andreu, y el equipo de Enfermería formado por Beatriz García y Alba Cardil, como instrumentistas, las enfermeras Begoña Berna y Sara Gómez y la TCAE Olga Serrano.
Durante los próximos días, se realizarán otras operaciones de esta área de Uro-oncología y de Cirugía General. Desde que este robot se instaló en marzo, los profesionales han estado formándose para abordar el uso de esta tecnología, que implica una evolución en las técnicas laparoscópicas. Se trata actualmente de la plataforma más avanzada para cirugía compleja de alta precisión.
Beneficios
La jefa de servicio de Urología, María Jesús Gil Sanz, ha indicado que en la cirugía de próstata esta tecnología permite conservar mejor los haces neurovasculares, un conjunto de fibras nerviosas que se localizan adheridos a la próstata y que influyen en la potencia sexual.
El manejo de esta máquina también aporta precisión a la hora de suturar uretra y vejiga, lo que aminora posibles efectos secundarios de incontinencia urinaria. Y, además, «permite que la visualización de zonas de difícil acceso, como la pelvis, sean mejores».
El robot quirúrgico Da Vinci se compone de una consola ergonómica desde la que el cirujano opera sentado mientras otros dos compañeros le asisten a pie de la mesa quirúrgica. Al lado del paciente, se sitúa la torre de visión --formada por controladores, vídeo, audio y proceso de imagen-- y el carro quirúrgico que incorpora varios brazos robóticos interactivos controlados desde la consola, en el extremo de los cuales se encuentran acopladas las distintas herramientas que el facultativo necesita para operar, tales como bisturís, tijeras y unipolar.
La máquina ofrece ventajas en la visión ampliada y nítida del campo quirúrgico, con navegación 3D inmersiva. A ello se suma una elevada la precisión y desaparición del movimiento en el campo quirúrgico de los brazos robóticos informatizados, aportando mínima invasión y seguridad. El robot permite una mayor maniobrabilidad de los elementos con los que se trabajan y mejor ergonomía para el propio cirujano.
Todas estas ventajas técnicas, manejadas por el cirujano, facilitan el acceso a las zonas de dificultad técnica, preserva las estructuras colindantes a la zona a operar y ocasiona un menor sangrado, lo que redunda claramente en beneficio para el paciente.
Éste es el primer equipo de estas características instalado en Aragón y ha supuesto una inversión de 2,3 millones de euros. El plan para la cirugía robótica en la comunidad incluye también dotar de esta tecnología a los hospitales Clínico Universitario Lozano Blesa y Royo Villanova.