El pleno del Ayuntamiento de la capital aragonesa ha aprobado, de manera definitiva, con el voto a favor de PP, Ciudadanos y VOX y en contra de PSOE, Zaragoza en Común (ZeC) y Podemos, la modificación aislada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permitirá avanzar en la tramitación de la construcción del nuevo campo de fútbol de la Romareda.
El pleno ha rechazado previamente una enmienda presentada por el PSOE, que proponía eliminar la posibilidad de transmitir el derecho de superficie de la parcela, calificando el equipamiento como público, que ha obtenido 16 votos en contra de PP, Cs y VOX y 12 a favor de PSOE, ZeC y Podemos.
Con el mismo resultado, se ha descartado la petición del portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, que ha solicitado la retirada del expediente del orden del día «porque falta incorporar un informe que ya pedimos en comisión y que sigue sin estar».
El nuevo estadio de la Romareda se emplazará en la misma ubicación que el actual y el objetivo del equipo de gobierno es publicar los pliegos del proyecto antes de que finalice el actual mandato, si bien su resolución corresponderá a quien esté al frente de la siguiente Corporación, ya que el próximo 28 de mayo se celebrarán elecciones municipales.
Así lo ha explicado el consejero de Urbanismo y Equipamientos del Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano, que ha especificado que se recogerá, en los pliegos, la aspiración de la ciudad a ser sede del Mundial de Fútbol de 2030 y también que en este campo juegue el Real Zaragoza.
El alcalde de la capital aragonesa, el 'popular' Jorge Azcón, ha dicho que la aprobación de la modificación es un paso «importante» de cara a ese Mundial y ha asegurado que van a dejar «todo preparado» para que este nuevo estadio «no les cueste un duro a los zaragozanos».
Azcón se ha dirigido a la portavoz del PSOE y candidata a la Alcaldía de Zaragoza, Lola Ranera, que no ha intervenido en este debate: «Llama la atención que usted no hable, es muy indicativo, en el momento y tiempo que estamos» y ha querido saber si, en caso de ganar las elecciones, «parará la Romareda».
El regidor también ha contado que propuso al presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, «forjar el consenso» para este proyecto, «pero se negó», y ha afeado al PSOE que tenga «una doble vara de medir» ya que para proyectos como un hotel de lujo en Canfranc o construir la Residencia Pirineos para estudiantes en Zaragoza, «no hay problema en usar una fórmula» de concesión, que rechazan para el nuevo estadio y anuncian la judicialización del proyecto.
El zaragocismo conoce esa «incoherencia», igual que los zaragozanos, ha sostenido Azcón, que ha opinado que Ranera «está pensando en su interés, en quedar bien con su jefe, en qué le puede dar un voto más, en vez de defender a la ciudad que le vio nacer y le paga el sueldo».
Lo que hizo el psoe
El alcalde también se ha dirigido al concejal del PSOE, Horacio Royo, que ha defendido durante el pleno la posición de su partido y ha comentado que, cuando gobernaron la ciudad, «no se otorgó ninguna concesión al Real Zaragoza durante 75 años, sino someter a información pública esa concesión».
Según Azcón, precisamente, lo que se sometió a información pública fue un acuerdo «que querían sacar adelante para darle al Real Zaragoza la explotación del campo de fútbol durante 75 años, pagando un canon escaso y sin exigir ninguna inversión a cambio», ni tampoco asumir el mantenimiento del campo.
Royo le ha respondido a Azcón que, con esta votación, «no obtiene un triunfo, sino que empieza a construir el retrato para la historia, que le dejará a la altura que merece», a quien ha considerado «autor intelectual y material de este negocio».
«Ha sido el creador del gigantesco trampantojo de es este expediente» y «mientras generaba la ilusión de que se hablaba de escucha, ya estaba usted construyendo los siguientes pasos» en «beneficio particular y partidista», para criticar que la modificación inicial se cambió «por la puerta de atrás» con la enmienda del Real Zaragoza.
A colación, el concejal socialista ha manifestado que, si se hubiera aceptado su enmienda, se hubiera podido sacar por unanimidad este expediente, ya que, según su propuesta, «cabría posibilidad de una concesión demanial a 75 años o de un contrato de concesión de obra pública a 40 años».
«Lo importante no es el plazo», sino evitar «el interés por privatizar y entregar a fondos de inversión --que es algo volátil-- un equipamiento de todos los zaragozanos», ha esgrimido Royo.
Rigor técnico
El consejero de Urbanismo y Equipamientos y concejal de Cs, Víctor Serrano, ha defendido «la transparencia» y el «rigor técnico y jurídico» de la modificación, avalada por un «sin fin de informes, que resuelven todas la cuestiones que se han planteado» en el proceso.
«Estamos en la carrera para que Zaragoza sea sede del Mundial», objetivo por el cuál debía estar resuelta la ubicación y las modificaciones urbanística antes de junio, además de que el próximo 19 de abril la Federación Española de Fútbol visitará la ciudad.
Sobre la enmienda del PSOE, ha comentado que plantea volver al planteamiento de la modificación inicial diseñada por el equipo de gobierno, cuando en su momento «la descalificaron». «Han opinado una cosa y la contraria» y «el único denominador común ha sido intentar bloquear» el proyecto, pero «por detrás».
Serrano ha comunicado que tras elaborar los pliegos, habrá un concurso público al que se podrá presentar quien lo desee, «y si a alguien le salen los números haciendo un campo de fútbol a 40 años, tendrá una puntuación superior, que si lo quiere hacer a 75 años», para ironizar que puesto que la oposición considera que es un «pelotazo, nos van a llover los licitadores».
Urgencia sobre una hipótesis
El portavoz de ZeC, Pedro Santisteve, ha criticado que se haya justificado la «urgencia» del procedimiento sobre una «hipótesis» que es la concesión del Mundial de Fútbol de 2030 a la candidatura de España y Portugal, y a la que después se han sumado también Ucrania y Marruecos.
También ha rechazado que un bien patrimonial de la ciudad «pase a control privado» y se vaya a «favorecer el negocio a unos fondos de inversión», que serán quienes obtengan los beneficios, pero será la ciudad quien asuma los «riesgos». Ha lamentado que no se haya propiciado la participación ciudadana y que el equipo de gobierno «lo haya llevado al terreno de la contienda electoral» para «poder darse de tortas con el PSOE».
El portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, ha vaticinado que el proyecto «va a hacer aguas» y «es posible que la modificación acabe en el juzgado y ya veremos qué ocurre con la licitación». A su entender, «podría haber mayorías» en torno al nuevo estadio, pero el gobierno «apuesta por la división y enfrentamiento».
Ha agregado que desde que se aceptó la alegación del Real Zaragoza «para que el estadio fuera privatizado», ha dejado de ser un proyecto de ciudad para convertirse en «negocio para fondos de inversión» y se ha renunciado a financiar la Ciudad del Deporte --que había acordado su grupo con el equipo de gobierno-- con «los beneficios que le corresponderían al Ayuntamiento de la gestión del estadio nuevo».
El portavoz de VOX, Julio Calvo, ha esgrimido que la posibilidad de acceder a fuentes de financiación con una cesión del derecho de superficie «es mucho más importante que con una concesión demanial» y ha criticado las sucesivas acciones del PSOE «para impedir esta operación», señalando la «mala fe» de los argumentos esgrimidos desde el Gobierno de Aragón «que también desmontaron los servicios jurídicos» municipales.
Calvo ha constatado que la modificación aprobada cumple con sus tres exigencias de que el campo continuara en su ubicación actual, «no costara un euro a los zaragozanos» y sea una operación «transparente y legal».