El vicepresidente y consejero de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, ha entregado el primer premio y ha sido el encargado de clausurar la tercera edición de los reconocimientos que organiza Itesal con carácter bienal y en su intervención ha reivindicado el valor de la tecnología aplicada a la arquitectura.
El proyecto que se ha alzado con el máximo galardón es «Elogio a la vida», de Rafael Calero Joly, mientras que el segundo premio ha recaído en el proyecto «Veladuras-Experiencia Museo Del Prado», de Clara Pérez García.
Aliaga ha reivindicado «la arquitectura como una de las disciplinas clave en el desarrollo de la capacidad tecnológica que después se pone al servicio de las personas, tanto en los hogares como en nuestras industrias o en los edificios de las administraciones».
Ha felicitado tanto a los premiados como a los finalistas, de quienes ha dicho que «representan el futuro de una arquitectura que desarrollará los mejores proyectos y sistemas de construcción para ser más eficientes en el ahorro energético».
«Los arquitectos --ha añadido-- que hoy reconocemos piensan en las envolventes, pero no solo en que la cubierta, las fachadas o la piel de un edifico ofrezca una buena imagen; ellos van más allá y desarrollan los mejores métodos para que esas fachadas aprovechen al máximo y de manera respetuosa las posibilidades medioambientales».
Más de 30 trabajos
Un toral de 33 trabajos, de alto nivel, se han presentado a estos premios y de ellos han sido elegidos los cinco premiados. Los alumnos que han podido participar son los que ya han finalizado el máster habilitante de Arquitectura, en el año en curso o el año anterior, en alguna de las 34 escuelas técnicas superiores de Arquitectura que hay en España, ha indicado el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
Los cinco finalistas han sido Carla Pérez García, por su trabajo «Veladuras-Experiencia Museo Del Prad»; Carlos Fuentes Almonacid, por «Oceánide»; Javier Bonmati Saso, por «Faro Medioambiental»; Laura Muñoz González, por «Horizonte Próximo», y Rafael Calero Joly, por «Elogio a la vida».
El director general de Itesal, Armando Mateos ha indicado que, con este premio, «seguimos apostando intensamente por algo que llevamos en nuestro ADN. Nuestro propósito es sacar el máximo potencial a todos nuestros grupos de interés y, uno de ellos, son los arquitectos, a los que va dirigido este premio».
Para Mateos, «estos jóvenes van a diseñar el futuro arquitectónico para que nuestras viviendas sean de calidad, con una alta eficiencia energética y acústica, y con un nivel de circularidad alto, para que ninguno de los materiales acabe en vertedero en el futuro. Sin duda, en ellos recae esta gran responsabilidad, un gran reto.»