La percepción de las fuerzas armadas mejora entre la población española gracias a las actuaciones de Unidad Militar de Emergencias (UME) en situaciones de pandemia y desastres naturales.
Este es el resultado de una investigación de la Universitat de València (UV) dirigida por un equipo integrado por los profesores Virgilio Pérez, Cristina Aybar y José M. Pavía. El estudio se ha publicado en la revista Armed Forces & Society.
El equipo de la Universitat ha realizado un estudio sobre los nuevos roles que las fuerzas armadas están tomando en los países ricos, donde destacan la estructura, las capacidades y las misiones desarrolladas por la Unidad Militar de Emergencias española.
El trabajo describe algunas de estas nuevas funciones asumidas por la UME, como su respuesta a la pandemia covid-19, actuaciones en inundaciones, incendios forestales o tormentas de invierno, y muestra, utilizando datos oficiales temporales y georreferenciados, el creciente uso de los militares para apoyar a las autoridades civiles en respuesta a catástrofes naturales, catástrofes provocadas por el hombre y otras emergencias.
El equipo de investigación, además, ha analizado los datos de las encuestas de opinión pública para argumentar que esto está ayudando a mejorar la percepción que la sociedad tiene de las fuerzas armadas incluso en un país como España en el que, a causa de su historia reciente, una parte importante de su población es reacia a los militares.
«Los militares están asumiendo más funciones de emergencia a medida que aparecen las necesidades y estas nuevas funciones pueden ayudar a mejorar su percepción por parte de la ciudadanía», apuntan.
Más catástrofes naturales
El 'paper' recoge que miles de estudios realizados por investigadores de todo el mundo han registrado un aumento de la frecuencia de las catástrofes naturales: una frecuencia que se espera que aumente en los próximos años, teniendo un enorme impacto en la economía mundial y causando daños humanos y materiales en todas las partes del mundo.
Esta circunstancia, junto con la necesidad de justificar las grandes asignaciones presupuestarias a los departamentos de defensa, está empujando en muchos países desarrollados a asignar nuevas funciones de protección social y civil a las fuerzas armadas.