Monroyo es escenario este fin de semana de la XXXI Feria de Alimentos y Artesanía, una de las más antiguas y tradicionales del Matarraña. Este evento ha sido inaugurado por la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, quien ha destacado «la importancia del producto local y de proximidad».
El origen de esta feria se remonta al año 1382, cuando el rey Pedro IV 'El Ceremonioso' concedió a la villa el derecho a celebrar Feria Anual de 15 días de duración. En 1991, el Ayuntamiento decidió recuperarla, han indicado desde el Gobierno de Aragón.
«La feria recoge lo que representa el Matarraña, con el cuidado del patrimonio artístico y natural, al servicio de la actividad turística, y con un sector agroalimentario muy potente y de calidad», ha reflejado Mayte Pérez.
Por un lado, la feria simboliza «el cuidado de lo nuestro, de nuestra identidad, de lo que nos representa», y por el otro, «muestra cómo es el pueblo y lleva a disfrutar de las calles y del espacio público, algo que hemos recuperado una vez pasados los peores momentos de la pandemia», ha añadido la consejera de Presidencia.
Novedades de la edición
La cita incluye este año, como novedad, tres talleres de artesanía para que los más jóvenes conozcan algunos de los oficios que todavía se realizan en la zona. Además, durante el fin de semana habrá un luthier, un trabajador del esparto y otro del algodón realizando actividades.
Como en ediciones anteriores, el Ayuntamiento de Monroyo ha contribuido con la iniciativa 'Un gustazo', con la que se podrán degustar raciones de los distintos productos a un precio asequible para dar conocer una amplia muestra de productos del Matarraña y de comarcas vecinas.
Además, al haberse celebrado en agosto el 'VI Concurso de Corte de Jamón', valedero para el campeonato Nacional de España, y debido a la gran acogida que ha tenido en ediciones anteriores, este año se realiza una demostración de corte de jamón que posteriormente se venderán para su degustación.
Pérez se ha referido a la inversión realizada en la localidad, a través del Fondo de Inversiones de Teruel, una subvención directa de 125.000 euros para la estabilización de la muela. Desde la Dirección General de Interior y Protección Civil se constató el alto riesgo de desprendimientos que existe, por lo que se consideró prioritaria la consolidación y estabilización del macizo rocoso.
«El Gobierno de Aragón no puede estar de espaldas a las necesidades de los ayuntamientos, y el de Monroyo nos trasladó su preocupación por la muela y hemos podido hallar la fórmula que permite consolidar la roca y preservar la seguridad de los vecinos», ha concluido la consejera autonómica.