Un minuto de silencio ha recordado este jueves en Peñíscola (Castellón) a las víctimas mortales del derrumbe registrado hace un año en la urbanización Font Nova de la localidad, que costó la vida a un menor de 14 años y a una mujer de 54, miembros de una misma unidad familiar.
El Ayuntamiento, junto a los vecinos de la urbanización afectada, han celebrado una concentración y minuto de silencio en memoria de las víctimas, cuando se cumple un año de los hechos, un tiempo en el que, según señala el consistorio, se ha seguido manifestando el apoyo a los afectados por el derrumbe.
El alcalde, Andrés Martínez, ha querido recordar y destacar la colaboración del conjunto de administraciones y servicios de emergencias durante y después del suceso y ha trasladado, en nombre de todo el pueblo de Peñíscola, su solidaridad a las familias de las víctimas.
El derrumbe del edificio se registró sobre las 20.00 horas del 25 de agosto del pasado año, si bien los cuerpos de los fallecidos, que residían en un apartamento del primer piso, no fueron localizados hasta horas después y tras un arduo trabajo de los bomberos, cuando recibieron el visto bueno para el desescombro. Otro joven más fue localizado con vida y pudo ser rescatado por los servicios de emergencias, con los que había logrado comunicarse.
Todos formaban parte de una unidad familiar: la mujer fallecida era pareja de un hombre que no se encontraba en la casa en ese momento. El hijo de ella fue el rescatado con vida mientras que el de él falleció en el siniestro.
El arquitecto municipal y el de la Generalitat definieron el derrumbe como la caída de un «castillo de naipes cuando le quitas una carta», según informó en su día el primer edil.
Informe sobre el estado de la vivienda
Tras el derrumbe, la Conselleria de Vivienda realizó un informe que forma parte del proceso judicial. El director general de Calidad, Rehabilitación y Eficiencia Energética, Alberto Rubio, ha explicado a Europa Press que en la inspección detectaron que los muros del edificio eran mucho más altos y largos de lo previsto en los planos, y que había deficiencias estructurales que reducían la capacidad portante de los materiales.
Rubio ha explicado que las cámaras sanitarias del edificio no tenían ventilación, lo que, unido a su cercanía a una zona de jardines, hizo que acumularan humedad que mermaba la capacidad y el estado de los materiales. El director general ha insistido en la necesidad de ventilar estos espacios, que se encuentran en la parte baja de los edificios.
Según descubrieron, la falta de ventilación había reducido un 40% la capacidad portante de los materiales. Rubio ha señalado que el edificio ni siquiera llegaba a la antigüedad a partir de la cual se tiene que revisar (50 años), pero ha incidido en la importancia del mantenimiento.
Así, ha subrayado que hay que asumir que los edificios «requieren mantenimiento». «Es como un coche, aunque lo acabes de comprar, a los seis meses vas a que te lo revisen, no te esperas hasta que tenga que pasar la ITV», ha explicado.