En Balears se diagnostican, a diario, más de cinco casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Lo confirma una de las médicos de Familia que trabajan en la unidad especializada CAITS, la doctora Elena Bonet, que ayer impartió un taller sobre el Manejo de las ETS en Atención Primaria durante la primera jornada del congreso de la Sociedad Balear de Medicina Familiar i Comunitaria IBAMFIC.
«Igual veo cuatro o cinco gonorreas cada tarde y dos sífilis, no damos abasto con las declaraciones», señaló. Las cifras van a más, y aún así son el pico del iceberg porque el gran grueso de la población no se hace las pruebas frente a una serie de infecciones que se extienden en silencio.
Los expertos, como la doctora Bonet, se resignan ante la evidencia de que la gente ha dejado de usar el preservativo. «Uno de los problemas que me comentan, de hecho, es que ahora el que lo usa se siente como el apestado y la gente no quiere tener relaciones con él», relata Bonet. Lo ideal, señala, sería que dejaran de utilizarlo las parejas estables tras hacerse un cribado, «el problema es que no lo hacen», lamenta, y «yo ya me veo recomendando a los que van a las chemsex y a las orgías, que hagan grupos cerrados».
La propuesta que se lanzó en el taller de ayer es que sean los propios médicos de los centros de salud quienes recomienden las pruebas o las incluyan en las analíticas de sangre. «Estaría bien que las personas con una vida sexual activa se hagan el cribado cada seis meses; y si además realizan prácticas de riesgo, que fuera cada tres». Para que la detección funciones se necesita la implicación de los profesionales de los centros de salud.
El problema sin embargo, es la falta de material y de personal. En el Centro de Diagnóstico, Tratamiento y Prevención de Infecciones de Transmisión Sexual CAITS «hemos peleado más consultas y enfermeras pero no lo hemos visto». Las citas se están dando con una semana de demora y «para alguien con una ETS es horrible».
Gonorrea y clamidia son las infecciones que más se ven, «con diferencia». Son bacterias que, igual que la sífilis, «han dado un repunte espectacular». La peor parte es que en muchos casos, sobre todo entre mujeres, son asintomáticos pero no quedan exentos de posibles secuelas. «La infertilidad es el principal problema pero también son infecciones y se pueden diseminar. La enfermedad gonocócica diseminada puede hacer artritis o enfermedades cutáneas, y si como médico de familia no lo tienes en cuenta te vuelves loco», indica la doctora Bonet. La mejor parte es que en todos los casos el tratamiento es sencillo, pero lo suyo es detectar bien la bacteria y sus posibles resistencias.