La Unidad de Oncología Radioterápica de Juaneda Hospitales se encuentra en la vanguardia de las acciones para mejorar la seguridad del paciente. Una de estas medidas consiste en que todas las medidas de las dosis de los aceleradores de radioterapia de Juaneda Hospitales están revisadas por una auditoría externa.
Estos controles se realizan tanto en la Unidad central en Hospital Juaneda Miramar como en los servicios que se prestan al Ibsalut mediante conciertos en los hospitales públicos de Ibiza y Menorca. El Instituto Anderson compara a través de su Servicio de Auditoria, (en sus instalaciones de EEUU) las mediciones de los dosímetros TLD (abreviatura de termoluminiscente).
Los dosímetros recogen las lecturas de la Unidad de tratamiento de Oncología Radioterápica, ofreciendo un resultado excelente. «Seguimos los protocolos internacionales de control de Calidad de Aceleradores al objeto de poder garantizar que al paciente le llegue la dosis de radiación solicitada por el médico», explica Eduardo Miró, Jefe del Servicio de Física Médica.
El Instituto Anderson envía unos pequeños dosímetros (dispositivos utilizados en radioterapia, para medir la cantidad de radiación) «y te indican que tienes que irradiarlos en determinadas condiciones. Así lo hacemos y luego comparamos los resultados, que desde el Anderson nos corroboran con un margen muy alto de exactitud».
Formación en braquiterapia contra el cáncer de piel
El equipo de la Unidad de Oncología Radioterápica de Juaneda Hospitales ha recibido recientemente una formación especial en materia de braquiterapia para tratar el cáncer de piel. «Nuestro grupo está permanentemente en formación —explican María Coca, física médica y la Dra. Marta Casasús— en materias como ésta en la que vamos a ser pioneros en Baleares».
«Este tipo de braquiterapia para el cáncer de piel se orienta a pacientes de edad avanzada que con frecuencia presentan tumores muy grandes, especialmente en la piel de la cabeza, de ese tipo de cáncer de piel que sin ser mortal puede llegar a desarrollar lesiones que generan graves consecuencias y deterioro de la calidad de vida», detalla la Dra. Casasús.
Los carcinomas basocelulares, producidos por el exceso de sol sobre la piel, «pueden presentarse en grandes tamaños, sobre todo en personas mayores, lo que les hace precisar un tratamiento de tipo paliativo, para evitar sangrados y reducir su aparatosidad. Es un tratamiento —añade— que no es en absoluto invasivo».
«La braquiterapia significa —añade la Dra. Casasús— radioterapia ‘de cerca’, un tratamiento que hasta ahora en nuestra Comunidad Autónoma se hace tan solo en casos en cánceres ginecológicos. En este tipo de tumores de piel es un tratamiento que se aplica con unos moldes que se colocan en la cabeza del paciente y por cuyo interior pasa la radiación.»
«Dentro de estos moldes, que se personalizan a cada paciente, hay unos tubos —explica María Coca— por los que pasa la semilla con la radiación, parándose donde le decimos, al objeto de cumplir con lo que se denomina una curva isodosis.» El molde se realiza en un material, tipo plastilina, que se adapta tanto a la cabeza del paciente como al tumor.
Los efectos de la braquiterapia sobre estos carcinomas de piel pueden ser de eliminación o reducción del tumor, lo cual supone una mejora importante de la calidad de vida de los pacientes, ya que aunque estas afecciones no son intrínsecamente mortales, pueden llegar a ser importantes, incluso sangrando, si aparecen en la cara, junto a un ojo, etcétera».