¿Quién no ha caído ya en la tentación de un delicioso y esponjoso panetone? Desde hace algunos años los supermercados nos tientan con estos productos de origen italiano, también presentes en la gastronomía de otros países de Latinoamérica. De pasas y otras frutas confitadas, liso o con pepitas de chocolate, este postre tradicional es una de las nuevas incorporaciones a nuestras sobremesas navideñas. La gastronomía, siempre abierta a nuevas influencias, y nuestros paladares tan dispuestos a dejarse sorprender han aceptado de buen agrado los productos originales de otras latitudes.
Para corroborar que esto es así, es suficiente con darse una vuelta por los mercados o fisgar en los menús que amigos y familiares tienen previstos para las comilonas de Navidad; en ambos casos, vemos algunos productos nuevos. No obstante, para los principales días de fiesta, los platos de nuestra tradición, ricos como los que más, nunca faltan. La sopa navideña, la porcella, el fiambre, pescado al horno o los escaldums, rematados todos con variados dulces... son nuestros sabores imprescindibles.
Regresando a esas pequeñas influencias, entre los asados, va despuntando también la incorporación del pavo al estilo Reino Unido. Muchas familias lo presentan como plato estrella de algunas comidas; también alguna pequeña delicia francesa como el foie-gras de pato o de oca sobre pequeñas tostadas o nuestras típicas galletas saladas, por eso de darle un punto local.
¿Ya han probado a cocinar galletas de jengibre con los pequeños de la casa? En algunos mercados las venden ya en bolsitas y en internet pueden encontrar recetas para pasar una tarde entretenida cocinando y elaborando simpáticas figuras. La tradición es británica. Desde Francia también nos llega el tronco de Navidad. Hallamos múltiples variedades, según el país que visitemos, pero el original tiene acento francés. En España también se ha puesto de moda y en la mayoría de las pastelerías pueden encontrarse. Les sonará al brazo de gitano relleno y cubierto de chocolate, aunque en la versión navideña destacan también multitud de adornos. La tradición de los troncos de Navidad se llevó a la gastronomía; mucho tiempo antes lo que se hacía era coger un tronco, decorarlo y quemarlo en la chimenea el día de Navidad.
La gastronomía internacional se ha ido 'colando' poco a poco en nuestros hogares, aportando nuevos sabores y nuevas experiencias culinarias. Esto sólo es una pequeña muestra de lo que se cocina fuera, darse un paseo por las mesas europeas y descubrir sus platos es una auténtica delicia que merece la pena no perderse.