Cuando una sociedad se pregunta en qué tipo de comunidad se convertirá en el futuro, puede hacerse una idea bastante cabal si analiza la cantidad y calidad de recursos que destina a la educación. La educación es un catalizador de las posibilidades de las personas y los colectivos. Con una educación bien dotada, el potencial individual y el colectivo se despliega, mientras que, al contrario, las carencias en este campo mutilan su capacidad de expansión.
Esta correlación, que siempre ha estado vigente, hoy adquiere una fuerza adicional bajo el impulso multiplicador de la globalización y la sociedad de la información. En un mundo interconectado, las sociedades prósperas y desarrolladas serán las que aporten valor añadido, cosa sólo posible si las personas que las componen disponen de una buena formación de base, oportunidades para desarrollarla en un estadio superior y posibilidades de adaptación continua a las nuevas tendencias. Tanto desde el punto de vista individual como colectivo, la educación es una inversión ineludible.
La realidad descrita interpela, por supuesto, a las instituciones públicas, pero también a las privadas, que componen el organismo social, pues una sociedad de individuos con acceso a la educación genera incontables externalidades positivas. En sociedades como la norteamericana, el sector privado ha sabido entender su responsabilidad en este campo, de ahí los numerosos ejemplos de mecenazgo y filantropía. En España, aunque no de forma tan generalizada, sí hay instituciones en cuya tradición se incluye este este esfuerzo por contribuir de forma sostenida la educación. El CEU, grupo educativo con más de ochenta años de experiencia, es, sin duda una de ellas.
Desde hace tiempo, el CEU, bajo el que se integran diez colegios y tres universidades privadas –entre ellas, la Universitat Abat Oliba CEU (UAO CEU)- es la organización privada que más dinero destina a becas. Ahora, y de cara al próximo curso, refuerza su apuesta por el mérito académico a través del programa CEU Merit Program, dirigido a costear todo o parte del curso de grado universitario a alumnos de bachillerato que han destacado por su rendimiento. En el caso de la UAO CEU, la implantación de este nuevo programa supone doblar la cantidad de becas por mérito académico que concedió el año pasado. Y todo ello con la nota de estabilidad que distingue a las inversiones fiables, pues el estudiante puede contar con que cada curso se renovará la beca si mantiene el nivel. La apuesta es importante, pero los rendimientos de comprometerse con el talento y el esfuerzo siempre superan con creces la inversión.