Los tres primeros años de vida son cruciales en el desarrollo del niño. En este período aprende a mantenerse en pie, a caminar, a sentarse adecuadamente, a interactuar con los demás, a comunicarse y desarrollar las habilidades cognitivas básicas.
Su ingreso en una escuela infantil le permitirá interactuar con niños de su edad y encontrará un nuevo entorno que estimula otras capacidades, no solo a nivel cognitivo, también social y emocional. Todo ello repercutirá muy positivamente durante toda la vida del niño. Y es que los centros de educación infantil de primer ciclo (0-3 años) llevan a cabo una labor extraordinaria con los más pequeños.
Es necesario apreciar la importancia de las escuelas infantiles porque no son guarderías o simples centros que se encargan de cuidar a los niños, sino escuelas que trabajan con ellos. Es cierto que en la escuela infantil el niño pasará gran parte del día jugando, pero no se trata de un juego cualquiera, como el que puede desarrollar en casa, sino de juegos educativos que potencian sus habilidades motoras y estimulan su desarrollo psicológico y social. De hecho, durante los primeros años de vida, el juego es la principal fuente de aprendizaje de los niños y la mejor vía para descubrir el mundo. Así, las escuelas llevan a cabo actividades a diario diseñadas para conseguir un desarrollo integral de los niños, planifican contenidos, objetivos, ejes transversales e integran el desarrollo de las inteligencias múltiples.
Las enseñanzas de las escuelas infantiles se centran en los siguientes puntos:
- Aprender a realizar acciones cotidianas de manera completamente autónoma como comer, ponerse el abrigo, recoger los juguetes, compartir con los demás niños.
- Aprender a pensar por uno mismo.
- Aprender a reconocer cuándo se han cometido errores.
Estas son las diez principales que justifican que el niño acuda a una escuela infantil.
1.-La escuela infantil crea nuevos espacios de interacción con niños de su misma edad y con adultos que potencian su desarrollo.
2.- Potencia la adquisición de habilidades cognitivas complejas y estimula el desarrollo del pensamiento.
3.- Estimula la comunicación verbal y gestual a través del juego y otras actividades grupales.
4.- Fortalece los vínculos afectivos con las personas y estimula la empatía.
5.- Contribuye al logro de la independencia y la autonomía infantil, así como a la formación de hábitos y rutinas.
6.- Desarrolla las habilidades motoras finas, fundamentalmente a través de los juegos y actividades plásticas.
7.- Enseña al niño las normas básicas de convivencia y de respeto hacia los demás, así como las reglas y los límites.
8.- Fortalece la autoestima y estimula el autocontrol emocional y la asertividad en la resolución de conflictos.
9.- Desarrolla su creatividad e imaginación, fundamentalmente a través de los cuentos y los juegos de roles.
10.-Favorece el desarrollo del lenguaje y la adquisición de palabras nuevas, que amplían considerablemente el vocabulario del niño.