La construcción es un complejo mundo que evoluciona con las necesidades climáticas. La vivienda es tan importante para el desarrollo sostenible del ser humano como cualquier otro aspecto, ya sea la movilidad o los hábitos de consumo. Hacia una construcción equilibrada y respetuosa con el medio ambiente se encaminan muchos de los modelos de construcción, expresados bajo la premisas marcadas por la passivhaus.
Los criterios de eficiencia energética, reducción del impacto en el entorno y mejora de la salud que cada vez más se promueven son los que permitirán emplear y difundir en la sociedad un nuevo modelo de habitaje, que contribuya a la lucha contra los excesos del ser humano en décadas anteriores y sus poco prometedoras consecuencias. La arquitectura ya se ha puesto manos a la obra con diseños innovadores en los que las casas se conciben como reguladores de temperatura del interior para alcanzar un mayor confort, una salud óptima de sus ocupantes y la mejor de las eficiencia. Pero como no solo es importante el cómo construir, sino también el con qué construir, la ciencia lleva años inmersa en una carrera para desarrollar los mejores materiales, que aunque parezcan sacados de la más pura fantasía literaria, estarán cada vez más presentes en nuestras vidas y, más importante aún, en nuestro futuro.
La arquitectura se centra en el desarrollo de diseños eficaces en los que los revolucionarios materiales son básicos
Desde numerosas instituciones de investigación, entre las que se encuentra la Universidad Politècnica de Catalunya, llega uno de los elementos más llamativos de esta incipiente revolución de los materiales. Se trata del hormigón bio receptivo. Tras esta denominación se esconde una fórmula especialmente desarrollada para hacer de este tradicional elemento, tan presente en tantas y tantas construcciones, una fuente de salud e incluso de belleza. Su formulación química incluye nutrientes especiales que permiten que crezca el musgo en su superficie. Se alcanzaría así la posibilidad de llevar la vegetación y todos sus beneficios a cualquier entorno urbano. Se podrían construir en las ciudades enormes extensiones de musgo con las denominadas fachadas verdes, que traerían importantes beneficios como la gran captación de dióxido de carbono o su capacidad como aislante térmico. El hormigón no deja de dar sorpresas y ya se encuentra en primeras fases de utilización el que tiene la capacidad de ser conductor de la electricidad. Tal peculiaridad se obtiene añadiendo partículas de nano carbono a la mezcla, lo que dota al material de capacidad para transmitir la corriente eléctrica. Gracias a esto, se puede usar para almacenar energía lista para su utilización o autocalentarse para lograr la optimización del aislamiento térmico.
Siguiendo con esta lista de logros, la sostenibilidad es la principal baza que ofrecen las baldosas magnéticas. Colocando un simple rollo de material magnético como base, las baldosas magnéticas se pueden colocar sin la utilización de morteros o adhesivos de ninguna clase, y pueden ser sustituidas en caso de necesidad con la misma facilidad con que se colocan, como si de un imán de nuestra nevera se tratara. Entre sus ventajas, se encuentra también que permitirán el uso de elementos tecnológicos que se pueden alimentar por magnetismo.
Las baldosas magnéticas pueden ser colocadas una y otra vez sin la utilización de morteros o materiales adhesivos
Sin salir del terreno de las baldosas, podemos encontrar otro tipo que tiene el reciclaje como premisa fundamental. Son los azulejos hechos a partir de los desechos de productos fósiles, que tan perjudiciales son para el medioambiente. Se utiliza el denominado carbón negro, que de otra manera acabaría fuera del sistema de reciclado.
Sin un desarrollo tecnológico especialmente llamativo, aunque con las ventajas de cualquier avance de primer orden, está también la utilización de nuevos materiales en el aislamiento térmico o acústico de las casas. Lo de nuevo aquí es relativo, claro. Lana de oveja, lino, celulosa, fibras de coco, cáñamo, virutas de madera o algodón, son solo algunos de los elementos usados para hacer que el interior de las viviendas sea más confortable. En Mallorca tenemos un gran ejemplo de esta vuelta a la naturaleza como fuente de modernidad con el uso de la posidonia oceánica seca. Se lleva usando ya un tiempo en las promociones de viviendas de protección oficial y su futuro es cada vez mayor como elemento de construcción natural, sostenible y barato.
Aislar las casas de la humedad también es un objetivo de logro para llegar a un hogar más eficiente. Por consiguiente, una casa bien aislada consumirá menos energía para acondicionarla en los distintos periodos climáticos.
En Mallorca, la posidonia oceánica seca se lleva usando ya un tiempo en las promociones de viviendas de protección oficial
Por si todo esto no resulta llamativo, lo siguiente sí desafía nuestra capacidad de sorprendernos. Cada vez se extiende más el uso de la madera translúcida. En esta verdadera pirueta de la tecnología de los materiales, se usa madera tratada nivel microscópico, dando como resultado una sorprendente capacidad para dejar pasar la luz. Se convierte en eso, en madera transparente, por increíble que parezca. Sus primeras aplicaciones son la creación de ventanas y paneles solares, pero parece que solo es el comienzo para este avance. Sin salir de la madera, otra de las características que se está consiguiendo desarrollar es su dureza. Mediante un complicado proceso químico y mecánico se ha logrado aumentar varias veces su resistencia, quedando por encima incluso de la del acero, pero reduciendo a la vez su peso de forma considerable.
Estos son solo algunos de los últimos descubrimientos, que se unen a otros ya creados como los ladrillos que absorben la contaminación, los que autorregulan su temperatura o el futurista cemento fluorescente, que pueden iluminar espacios públicos sin gasto de energía. Todos ellos son las herramientas que utilizaremos cada vez más en la que se espera sea una gran revolución de la arquitectura sostenible.