Las start ups son el habitante más dinámico en el ecosistema emprendedor. Para disparar estas ideas de negocio, el consultor Julián Mazoteras participó este lunes en la final de Connect’Up para revelar las pistas para que una simple idea se convierta en realidad. Y para ello hace falta un ingrediente vital: dinero.
«Las start ups se diferencias de un pequeño negocio en que son modelos escalables de crecimiento rápido. Son empresas muy ágiles, que a veces no necesitan mucha inversión. Aquellos que se dedican al I+D (investigación y desarrollo), en cambio son modelos muy lentos, que pierden dinero durante los primeros cinco o seis años hasta que encuentran su modelo. Y por otro lado, el e-commerce es un modelo más rápido que requiere invertir en márketing», revela Mazoteras.
Cada modelo de negocio requiere un tipo de inversión diferente. Pese a contar con el capital, el éxito no está asegurado. De hecho, «el 60 o 70 por ciento de las start ups no llegan a la fase semilla», es decir, apenas ha salido de la casilla de salida. Según el experto, «solo una de cada diez start ups llegan a una fase económica rentable y sostenible, cumplen los seis años de vida. Pero eso no implica que cierre. Igual antes se han fusionado con otra empresa o pasa a ser un negocio normal».
La financiación de start ups puede ir desde los fondos propios al entorno más cercano, pasando por incubadoras a venture builder (una empresa que ayuda a desarrollar la idea del emprendedor).