Una cocina lenta, tradicional y que busca despertar sensaciones en la memoria del comensal no puede cocinarse sin un buen aceite. Probablemente así lo piensen los dos chefs de Cantina Panzá, que para su menú de ‘Cocinas y cocineros con alma’ no han dudado en regar sus platos con Oli de Mallorca DO.
Joan Mayol, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (D.O) Oli de Mallorca, define a este producto como «el fruto del trabajo y dedicación de, nada más y nada menos, que más de mil personas que, con su trabajo, mantienen viva la cultura secular de uno de los productos más tradicionales de nuestra tierra».
Mayol asegura que para consumir aceite de oliva de calidad este debe ser virgen extra. «La distinción Oli de Mallorca garantiza, además de la procedencia, también la calidad» asegura.
Al preguntarle por la producción de este último año, el presidente lamenta que «no ha sido tan buena -en términos de volumen- como se esperaba debido, principalmente, a las lluvias de octubre». Pero, en calidad, añade que: «esta añada de Oli de Mallorca ha resultado excelente».
Finalmente, Joan Mayol no puede dejar escapar la oportunidad de recordar que «el sello de calidad Oli de Mallorca aporta a Mallorca un producto de prestigio, genuino como producto de la tierra y es un elemento fundamental para mantener el paisaje agrario, sin contar el factor medioambiental: cada olico absorbe 15 kilos de CO2 al año».