El mallorquín Rafael Nadal, que aterrizó este viernes en Barcelona para someterse a más pruebas para conocer el alcance de la lesión que sufre en el músculo abdominal, aseguró que le duele no poder jugar una semifinal de Wimbledon, pero que no lo queda más que «mirar adelante». «Lo que duele es que no he podido competir en una situación privilegiada, porque estaba jugando bien y en unas semifinales de un torneo tan importante como Wimbledon. Al final no queda más que mirar adelante y estar en una actitud positiva», aseguró el tenista mallorquín en declaraciones a los medios de comunicación en el aeropuerto de la ciudad española.
Nadal llegó a Barcelona un día después de que anunciara que no disputará las semifinales de Wimbledon contra el australiano Nick Kyrgios por la lesión que sufre en el abdomen. El tenista manacorí está a la espera de someterse a más exploraciones en la Ciudad Condal, aunque a su llegada aseguró que «en teoría» estará «entre tres o cuatro semanas» de baja. «Ahora la lesión no me permite sacar, pero dentro de poco tiempo me permitirá jugar desde el fondo de la pista», agregó Nadal lamentó tener que abandonar el abierto británico antes de tiempo, porque considera que estaba «jugando bien y la evolución estaba siendo muy buena a nivel tenístico».
«Era un torneo muy importante para mí, pero al final la vida sigue y hay que mirar hacia delante», insistió. Nadal afrontará a partir de ahora «un periodo de descanso» y prevé que la recuperación sea «simple» después de las pruebas a las que se someterá en Barcelona para «analizar la situación». «Sabes lo que hay, pero siempre quieres jugar e intentarlo hasta el final. Soy una persona bastante tranquila e intento analizar las cosas con perspectiva buscando la parte lógica y racional», subrayó el tenista, quien recordó que los dos partidos que tenía que disputar, si superaba la semifinal, eran «de máximo nivel» y eso implicaba que las opciones de victoria «disminuyeran en casi su totalidad».