Jugó la fase previa de Roland Garros en 2010 y doce años después vivirá la final como entrenador de uno de los aspirantes a la Copa de los Mosqueteros. El exjugador mallorquín Pedro Clar (Llucmajor, 23-1-1986) forma parte del equipo de Casper Ruud y lo hace en condición de entrenador de la Rafa Nadal Academy, lo que supondrá para él «una situación un poco difícil». No en vano defenderá los intereses del noruego contra su contemporáneo cuando jugaba y del que fue su compañero en la EBE entre los 12 y los 14 y a unos metros del otro banquillo en el estará uno de sus ídolos, Carlos Moyà. Durante un tiempo fue el tercer mallorquín en el ránking por detrás del Nadal y el palmesano.
«Es un éxito absoluto de la academia», subraya Pedro Clar, que alcanzó el puesto 237 en el ránking en su mejor momento. Una lesión de tobillo y posteriormente problemas en la cadera lastraron sus opciones de seguir escalando. «Estoy muy agradecido de poder formar parte del equipo de Casper (Ruud) y de estar en la academia de Rafa. Al final como jugador tienes el sueño de llegar alto y tuve la suerte de jugar la previa en París, pero vivir algo así es inexplicable», asegura Pedro Clar, ganador de once títulos ITF.
Formó parte del equipo de técnicos de Jaume Munar hasta que se enroló definitivamente en el staff del noruego junto al padre del jugador, Christian. Destaca la «sencillez» y el gran trato que siempre ha tenido con el jugador y su familia, hacia la que se deshace en elogios. Viaja a muchos torneos con él e intentan que pase el mayor tiempo posible en la academia de Manacor siempre dejándole margen para que vuelva a casa tras giras largas.
Para Pedro Clar la final entre su jugador y «el más grande de la historia» será una «situación un poco difícil». «Hay que vivirlo con naturalidad y con el máximo respeto porque sé de dónde vengo. Tengo un respeto increíble por Rafa y a la academia, pero tengo que estar en la parte de Casper y llevarlo de la mejor manera. Al final ellos son los que lucharán por el 14 y el primero, pero gana la academia», comenta.
De Ruud remarca que se trata de un jugador con «un buen drive» y que ha mejorado «en todos los aspectos» desde que se incorporó a la Rafa Nadal Academy en 2018, cuando rondaba el 140 del mundo y llegará al número 6 tras el gran nivel exhibido en París. «Es muy estable y regular», analiza remarcando que se le nota el «carácter nórdico». «No es de grandes euforias cuando gana ni de grandes dramas cuando pierde. Es una persona tranquila que huye de llamar la atención», concluye.