La victoria número 100 de Rafael Nadal y su decimotercer título de Roland Garros han dado paso a una serie de momentos muy emotivos donde el tenista y su familia han liberado la tensión acumulada durante la competición.
Tras arrodillarse en un primer instante, Nadal ha acudido al protocolario saludo con el rival para después acercarse a su familia. Allí se ha podido ver una imagen inaudita en otras finales: el beso entre Rafael Nadal y su mujer, María Francisca Perelló.
Nadal también se ha fundido en un abrazo con su madre y su hermana, también presentes en la pista central.
Otro de los momentos claves tras la final han sido las lágrimas del tenista manacorí al sonar el himno nacional.
Desde la distancia, en Manacor, familia y amigos seguían el partido desde la academia.
Su tío, Toni Nadal, no ha podido evitar emocionarse mientras atendía a los medios de comunicación.