Con el termómetro apretando y casi todo por hacer, el Mallorca vuelve a empezar. Pone el contador a cero el equipo de Jagoba Arrasate, que un mes y once días después de su último partido enciende de nuevo el motor de la maquinaria. Entre este lunes y el miércoles la plantilla irá pasando en pequeños grupos por la consulta médica para someterse a las pruebas en la que se ubica el kilómetro cero de la temporada. El origen de un proyecto por cocinar que, de momento, es una continuación pura y dura del anterior y que debería sufrir varios cambios de aquí a su estreno oficial, previsto para el próximo 16 de agosto en Son Moix.
El Mallorca que comenzará a reagruparse a primera hora de la mañana en Juaneda Hospitales para iniciar a partir del jueves los entrenamientos proyecta frente al espejo la misma imagen que a finales de mayo, cuando apagaba los faros en Vallecas situado en la mitad de la Liga tras apartarse en el último momento de la subasta por Europa. A la espera de Pablo Torre —cuyo fichaje no se ha hecho todavía oficial— no ha llegado ninguna cara que refresque la imagen del grupo o que ilusione al aficionado medio de cara a la campaña de abonados. Todos esos cambios previstos y reclamados desde el banquillo se han ido aplazando y habrá que aguardar a que avance el verano para ver de qué es capaz una dirección deportiva que no termina de resolver las dudas. Los únicos asuntos tachados en la carpeta de asuntos pendientes corresponden a temas menores, como la ampliación del contrato de Mateu Morey y la segunda renovación del Pichu Cuéllar.
Durante estos tres días de exploraciones, en los que ya no estarán Robert Navarro, que ha fichado por el Athletic, ni Chiquinho y Valery, de vuelta a sus clubes de origen, las principales novedades serán las reapariciones de Javi Llabrés, Daniel Luna y Siebe van der Heyden. Tampoco se sumará en estos primeros días Cyle Larin, con algo más de vacaciones después de estar hasta la semana pasada competiendo con Canadá en la Copa Oro de la Concacaf.
Mientras la dirección deportiva sigue rastreando el mercado y estudia fórmulas para solucionar el problema de la portería —tanto Dominik Greif como Leo Román acaban contrato en junio de 2026 y están descontentos con su situación— y aborda casos tan particulares como el de Pablo Maffeo o el del propio Larin, los jugadores irán calzándose las botas para salir al campo de entrenamiento a partir del jueves e iniciar un periodo de cinco semanas que servirá para preparar las piernas de cara a un inicio de curso durísimo. Solo en agosto y para empezar a asfaltar la carretera del campeonato, el Mallorca se enfrentará a Barcelona, Celta y Real Madrid.
La pretemporada sobre el tapete echará a andar el jueves aunque el Mallorca no disputará ningún amistoso hasta el día 23, cuando reciba en los campos de Son Bibiloni al Sant Andreu (9.30 horas) de Segunda RFEF. Será el primer bolo de un verano en el que hay programados hasta cinco encuentros más y el paso previo al viaje a Austria (día 26), donde jugadores y cuerpo técnico convivirán en un stage de seis días en el que volverán a jugar tres veces más (días 27, 30 y 31), ya frente a rivales de mayor entidad.
El mes de agosto, a solo dos semanas de que empiece el fuego real, el Mallorca lo destapará de nuevo en Palma. El día 6 habrá una cita para medir el estado de forma de la plantilla y el día 9 tendrá lugar el partido que supondrá la presentación oficial del proyecto, pese a que restará todavía mucho mercado por delante antes de que empiece la Liga. El Trofeu Ciutat de Palma traerá hasta Son Moix al Hamburgo, un histórico del fútbol alemán y allanará el camino hacia un comienzo de curso que hasta ahora genera más incertidumbre que otra cosa.
cabrianesHay que venderlo o darlo de baja, hay que liberar masa salarial, sino no se puede fichar.