Takuma Asano ya sabe lo que es celebrar un gol con la camiseta del Mallorca. Y no uno cualquiera. El tanto con el que el futbolista japonés abría el marcador a los nueve minutos y ponía contra la pared al Alavés era el número 500 que marcaba el equipo balear en Son Moix en Primera División desde su primer partido hace más de un cuarto de siglo.
Asano, que en las últimas semanas se está reencontrando con esa versión tan eléctrica que exhibió en sus primeros encuentros como bermellón y de la que se había alejado tras la lesión que le sorprendió en septiembre, levantaba muy pronto al público de sus asientos con uno de los goles de la jornada. Una volea espectacular desde casi el borde del área que se colaba muy cerca de la escuadra izquierda de la portería defendida por Sivera y que le daba al Mallorca otro empujón moral, que luego resultaría insuficiente.
El gol del nipón, el primero que anota en ochos partidos en Primera División, quedará en los libros de historia como una de esas dianas redondas que se recuerdan cada cierto tiempo. En su caso, porque supone el que hace medio millar desde que el Mallorca se trasladó del Lluís Sitjar a Son Moix al final del siglo XX.
El conjunto balear estrenó su hoja de servicios en el Camí dels Reis el 21 de agosto de 1999 y el primer gol de su historia lo marcó Carlos Domínguez en el minuto 51 del encuentro de la primera jornada del curso ante el Real Madrid. Desde entonces el Mallorca ha jugado 356 partidos de Primera en casa (160 victorias, 95 empates, 101 derrotas), en los que ha marcado 500 tantos y ha recibido 413, el último de ellos obra de Kike García.