Sergi Darder tiraba de autocrítica para analizar el empate del Real Mallorca contra el Alavés. «No hemos sabido jugar con su presión de tener que buscar el resultado, si queremos estar arriba tenemos que ganar en casa», lamentaba el centrocampista de Artà solo unos minutos después de acabar el encuentro.
«En la segunda ellos han apretado mucho mas», admitía Darder. «No hemos sido capaces de tener personalidad con el balón y hemos jugado demasiado en nuestro campo. No sé si ha sido demérito nuestro, pero ellos buen partido», reconocía el futbolista bermellón. «Últimamente cuando nos ponemos por delante defendemos muy atrás y jugamos con fuego. No hemos interpretado bien el partido, nos ha faltado control», explicaba.
Darder no ocultaba que la sensación era de oportunidad perdida. «Sabíamos que era como una final porque ganando sellabas la salvación y podías darte el lujo de mirar hacia arriba. El punto no es bueno para ninguno. Hemos tenido ocasiones claras y les hemos dado demasiado el balón. Con el gol nos hemos tirado atrás y nos ha faltado personalidad. Haciendo el segundo teníamos lo habríamos matado. Pero no hemos estado al nivel de otros días. No hemos entrado con la ambición de ir a por el segundo. Se jugaba demasiado en nuestro campo».
Por último, Darder destacaba que el Mallorca, pese a no ganar, encadena cuatro jornadas cosechando algún punto. «Hoy había que ganar, pero hay que valorar que no se pierde. El equipo está bien, con ganas y tienes ganas de hacer cosas importantes. Seguiremos luchando hasta donde nos dé».
Arrasate está fallando lamentablemente en una de sus tres funciones básicas: la psicológica. Un entrenador ha de saber mantener al grupo motivado, convencido de que pueden hacerlo todo y que no se arrugue ante nadie ni nada. La segunda parte de ayer fue un lamentable ejemplo de equipo sin alma, que en casa se deja avasallar por el penúltimo clasificado.