«Quiero pedir disculpas con el corazón en la mano por mi expulsión en el partido de hoy». Así de claro se expresaba Vedat Muriqi en las redes tras ver su segunda tarjeta roja en el fútbol español. El delantero del Real Mallorca se convirtió en uno de los protagonistas de la jornada después de que Muñiz Ruiz le mandara a la ducha por una disputa con Jaime Mata, delantero de Las Palmas, que solo detectó el VAR. Una acción que en el momento poca gente entendió, pero que el propio colegiado explicó después en el acta: «Por realizar un gesto ofensivo haciendo una peineta enseñando su dedo corazón, y como reacción a un gesto provocador del jugador adversario».
La polémica jugada tuvo dos vertientes muy diferentes para el Mallorca, que en ese momento y con el marcador empatado perdía a su faro en ataque pero a la vez disponía de un libre indirecto dentro del área que luego emplearía para ganar el partido gracias al acierto Johan Mojica. Pese al resultado final, Muriqi lamentaba lo que había pasado entre él y Mata.
«Sé que mi comportamiento no fue el adecuado y siento profundamente la falta de respeto hacia mi compañero de profesión, Jaime Mata, y lamento que los aficionados hayáis presenciado un gesto tan feo por mi parte», apuntaba Muriqi antes de realzar el gran trabajo del Mallorca en el Gran Canaria. «A pesar de lo sucedido, estoy muy contento con la victoria del equipo. Cada triunfo es un reflejo del esfuerzo y el trabajo de todos y me llena de orgullo ver cómo luchamos juntos en el campo».
Muriqi ya había sido expulsado en otra ocasión como futbolista del Mallorca. Fue en la temporada 2022-23, en un partido contra el Elche en el estadio Martínez Valero en el que dejó al equipo con diez por «golpear a un adversario —Pere Milla— con su mano en la cara estando el balón en juego, pero no a distancia de ser jugado». Aquella fatídica noche el kosovar también falló un penalti, aunque el equipo balear acabó salvando un punto ante el colista (1-1).