El Real Mallorca tiene una cita en Las Palmas. No sólo con el conjunto canario, sino consigo mismo. El equipo de Arrasate tiene en mente una obligación propia. Mejorar la imagen ofrecida fuera de casa en los dos últimos encuentros. Cornellà y Mendizorroza dejaron un mal sabor de boca en el de Berriatua, los futbolistas y la afición. Las derrotas siempre duelen, pero la imagen indolente ofrecida en sendos tropiezos no gusta en el cuerpo técnico.
Los bermellones habían empezado muy bien como foráneo. El rol de visitante había calado bien. Arrasate había trasladado la idea de Osasuna a Mallorca a la perfección, pero en las dos últimas salidas el balance es más que negativo. Tras tres victorias consecutivas y un juego solvente en todas las líneas aspiraban a dejar atrás los malos augurios de años anteriores. Sin embargo, el equipo volvió a las andadas ante Alavés y Espanyol.
La imagen ofrecida no gustó a Jagoba y prueba de ello han sido sus ruedas de prensa. En ambos litigios futbolísticos mencionó su decepción ante lo demostrado y es por ello que en el estadio de Gran Canaria buscará dejar atrás la mala racha, que sumado al empate ante el Athletic y la derrota contra el Atlético en Son Moix dejan un rastro polvoriento en el último mes que ha ensombrecido el gran inicio del Mallorca en liga.
Por su parte, Las Palmas llega tras mejorar ostensiblemente en su rendimiento. Tres victorias en cuatro partidos bajo las órdenes de Diego Martínez hacen del equipo insular, un arma de doble filo. Con un inicio horrendo, los canarios han abierto una veda nueva en base al juego directo y con una seña de identidad, el fútbol vertical. El gallego ha caído de pie en Gran Canaria y apoyados en futbolistas de calidad como Moleiro, Fabio Silva, Kirian o Manu Fuster han conseguido revertir la situación heredada con Carrión. Ante el Valencia golpearon con fuerza en un contexto difícil con un futbolista menos, al Girona le ganaron en un partido muy solvente y en Vallecas descorcharon el champagne en un vendaval ofensivo tras defender muy bien los ataques de un Rayo desesperado.
A pesar de ello, el rival se amolda a las virtudes del Mallorca y allí, los de Arrasate pueden hacer daño. Con el hándicap de las lesiones y los siete internacionales, la semana está siendo complicada, pero la importancia de la cita, obliga a adaptarse a las circunstancias para volver a la senda del triunfo cuanto antes y recuperar las sensaciones cada vez que los futbolistas salen de Son Moix.