Javier Aguirre se ha despedido este sábado del Real Mallorca. El equipo balear juega este domingo el último partido de la temporada en Getafe, pero el entrenador mexicano se sentaba por última vez ante los medios en Son Bibiloni en una rueda de prensa especial y cargada de emotividad en la que estaba arropado por los futbolistas de la plantilla y el resto de integrantes de su cuerpo técnico. Aseguraba el Vasco que si tuviera que definir con una sola palabra su paso por la entidad elegiría «cariño».
«Después de una semana tan difícil es normal que estemos todos como estamos, con los sentimientos a flor de piel», explicaba Aguirre, muy escueto en sus respuestas por la emoción contenida. «Es un ciclo que se cierra, bonito, en el que ha habido mucho respeto y profesionalismo. Logramos, a nivel personal, grandes cosas y eso es importante. Me parece fantástico que estén aquí todos. Es la primera vez que me sucede. Es la primera vez que un grupo me aplaude. Si lloro es porque tengo sangre en las venas, soy sensiblote y me acuerdo de cosas que no se van a repetir», decía para agradecer la presencia de los futbolistas, que abarrotaban la sala de prensa de la ciudad deportiva.
Un acto que tenía poco que ver con el de esta semana, en el que Aguirre comparecía junto al CEO de Negocio del club, Alfonso Díaz, y el director de Fútbol, Pablo Ortells. «Fue algo rápido, querían reunirme y me precipitado y medio forzado, pero me dijo Silvia (su esposa) que tenia que ir y me acompañó gente maravillosa», contaba el técnico.
Aguirre asegura que desconoce cómo será su futuro. «No sé si será mi último trabajo en un club o en este país. Se van agotando las fuerzas, la energía se diluye. Pero nunca me imaginé que tantos después seguiría estando aquí», matizaba. «Me han llamado fuera de España y estoy con la duda», aclaraba. En cualquier caso, mantiene que tenía ganas de seguir en Mallorca y que no le faltaba gasolina. «Hemos formado un bonito grupo y, quizás, con tres o cuatro cositas podíamos hacer una buena temporada el próximo año. No lo sé».
Sobre la decisión del club de no extender su contrato, Aguirre se mostraba comprensivo: «Lo entiendo y respeto. Estoy acostumbrado. Estamos en el caos. Cuando le comuniqué a Antonio Sánchez que igual no contaría demasiado con él me dijo que le habría gustado que se lo dijera al inicio de la pretemporada y me pasa un poco eso, pero a lo mejor no estaban tan seguros. Sus argumentos válidos. El que venga encontrará aquí una familia», sentenciaba. «Lo que se habló queda entre nosotros, son cosas privadas. No me gusta enviar mensajes a través de la prensa. El club es importante. Los demás vamos de paso».
Aguirre asegura que empezó a sospechar que se iría cuando empezó el baile de posibles sustitutos en torno al banquillo bermellón. «Lo intuí cuando empezaron a salir nombres. Ahí dije, 'ay caray, huele mal esto'. El año pasado no sacaron nombres», añadía sonriendo.
A modo de resumen, Aguirre destacaba que su peor momento en el Mallorca había sido el 2-6 encajado contra el Granada hace dos temporadas, que dejaba al equipo al borde del descenso. El mejor, la noche en San Sebastián en la que se logró la clasificación para la final de la Copa del Rey.
Con respecto al partido de este domingo en Getafe, Aguirre pierde a Nastasic, Van der Heyden y Copete. «Es el momento de sacar a once valientes y terminar bien la temporada. Espero que estemos a la altura», concluía antes de ser despedido entre aplausos. Se acaba un ciclo en el Mallorca.