El centrocampista del RCD Mallorca Sergi Darder ha reconocido que el técnico Javier Aguirre le ha pedido tirar el último penalti de la tanda de semifinales ante la Real Sociedad (1-1, 4-5) porque creía que estaba «predestinado» a decidir la eliminatoria, y ha confesado que en el último momento cambió sus intenciones en el lanzamiento al ver que Alex Remiro se vencía siempre hacia el mismo lado.
«Han sido los místers los que me han dicho de ponerme último. Esta temporada no ha sido del todo fácil, ha habido bastantes cosas en contra. Decían que estaba predestinado, que era el día. Han tenido razón. Yo iba cagado porque el último no es fácil, como en el tenis, que el último punto es complicado. Yo lo suelo tirar cruzado, pero he visto que Remiro se tiraba todo el rato hacia ahí y he tenido que cambiar. Más feliz, imposible». Además, el de Artà destacó el trabajo de todo el equipo. «Estoy temblando todavía. Mis compañeros han hecho una eliminatoria espectacular, no solo hoy, sino también en casa. El rival jugará mejor o peor, pero es muy difícil jugar contra ellos; es un equipo que maneja muy bien todos los aspectos del juego. Ganar a este equipo tiene muchísimo mérito», apuntó.
«Nos han dicho que fue en este campo donde vencimos hace 25 años, y fue también para llegar a la final. El destino está escrito. Sirve llegar a una final, pero las finales no se juegan, se ganan. Hay que hacer un cambio de chip y ojalá fuese mañana, porque no habría cansancio. Es una locura cómo se vive el fútbol en Mallorca. Lo que se está viviendo este año y el anterior es una cosa fuera de lo normal. Se lo merecían y nos lo merecíamos todos», concluyó.