Los demonios de la Copa del Rey, el fuego intimidador y el ambiente de fiesta de la noche del martes dan paso al verdadero infierno en el que se ha metido el Mallorca en la Liga debido a su falta de triunfos. Los jugadores de Aguirre se ven ahora en la necesidad de enfriar las emociones vividas en la semifinal de copera ante la Real para centrarse en la Liga, donde los problemas crecen a medida que van pasando las jornadas.
Tras jugar el viernes contra el Athletic, el pasado lunes, en plena euforia previa a la Copa, se cerró la jornada con el triunfo del Sevilla ante el Rayo. Anteriormente había ganado el Celta en Pamplona y por lo tanto el equipo andaluz y el gallego empatan a 20 puntos con los mallorquinistas. Para mayor presión, ahora los de Aguirre delimitan el descenso y por debajo tienen ya a Cádiz (17 puntos), Granada (12) y Almería (6). Tres victorias en 23 partidos han dejado al Mallorca a las puertas del vagón de cola y el mínimo colchón que pudo hacer durante este tiempo lo ha ido dilapidando porque los rivales directos han ganado partidos, algo que tenía que suceder tarde o temprano.
Antes de la disputa el próximo 27 de febrero del encuentro de vuelta de Copa frente a la Real, los bermellones tienen otras tres ‘finales' más y convendría que ganaran alguna, como decía Aragonés, «por lo civil o lo criminal».
La primera de ellas es la del próximo domingo frente al Rayo Vallecano. El conjunto madrileño ha ganado en cuatro ocasiones fuera, en otras cuatro ha empatado y ha perdido cuatro más. Equilibrio total. El Mallorca debe refrescarse, dar al F5 y salir a vencer porque el resto lo hacen. Son malos rivales Celta, Sevilla y Cádiz para jugarse al final de la temporada un hipotético descenso. Muy malos. Aguirre y sus futbolistas ya han agotado el cupo de excusas, centradas sobre todo en los árbitros y el VAR y en las patadas que da el rival. Veinte puntos entrados ya en la segunda vuelta son números de descenso. Y hay que mejorarlos.
Después del partido del Rayo y tras una posible victoria, las cosas podrán verse mejor dependiendo de lo que hayan hecho los rivales. Esta próxima jornada el Mallorca juega «su» primer partido mañana en el Nuevo Mirandilla. Allí el Cádiz recibe al Betis. El domingo seguirá jugando en el Getafe-Celta. Los de Rafa Benítez visitan el Coliseo en un encuentro complicado como lo son todos lo que toca jugar contra el ejército de Bordalás.
Tras jugar contra el Rayo el Sevilla recibirá a un Atlético cuya mente transita también entre el campeonato doméstico, la Copa y la Champions. Muchos frentes abiertos. Mantener la calma pasa por ganar y por volver a hacerlo la próxima semana en el encuentro que de nuevo en Son Moix enfrentará al once bermellón contra la Real Sociedad, en este caso en el choque de vuelta de la Liga. La Real hasta en la sopa, pero los puntos son fundamentales. Y el siguiente compromiso antes de jugarse el pase a la final en Anoeta estará localizado en Mendizorroza en el choque frente al Deportivo Alavés. Nueve puntos en juego que no pueden desperdiciarse porque en ellos está parte de la salvación y sobre todo, si el Mallorca consigue el sueño de meterse en la final, serán un botín magnífico para seguir hasta el 6 de abril, fecha fijada para la disputa de la final de Copa.
Porque el Mallorca siempre que ha jugado semifinales de la Copa nunca ha perdido en el partido de vuelta. En el 91 ganó al Sporting por la mínima. En el 98 volvió a superar al Alavés también por un gol a cero. En el año 2003 empató ante el Deportivo haciendo buen el resultado de la ida y en 2009, ante el Barcelona, también empató , pero el conjunto catalán hizo buena la victoria en la ida. ¿Por qué no puede ahora dar la campanada en San Sebastián? A partido único todo es posible, pero para llegar en buena disposición a ese encuentro es imprescindible hacer los deberes antes de que la moneda al aire salga a volar en el Reale Arena.
Aguirre ya dijo a la conclusión del encuentro en San Sebastián que su mente se iba a la cita ante el Rayo. Y es que ese choque es casi tan importante como el del pasado martes porque los puntos en juego poco a poco empiezan ya a valer su peso en oro.