La cuesta de enero ha hecho estragos en los bolsillos de muchas familias y algunos esperan hacer su particular agosto en la primera semana de febrero. La visita del Real Madrid a Son Moix este domingo es uno de los partidos del año y ya ha alimentado la picaresca de los aficionados. Entre las diferentes ofertas publicadas en páginas web ya se deja notar el aumento de anuncios de venta de localidades alcanzando en algún caso la cifra de 1.000 euros. La página web del Real Mallorca aún tiene disponibles entradas, alrededor de 500, en ciertos sectores del estadio, por lo que los anuncios proliferan en la reventa de las áreas que ya no están disponibles en la taquilla.
«Se regala entrada para el partido del Mallorca vs Real Madrid, del día 5 de febrero a las 14:00. Zona tribuna cubierta, segunda fila. Por la compra de bolígrafo regalo entrada, por no poder asistir precio negociable», reza el anuncio que fija en mil euros el precio de la localidad. Sin lugar a dudas, el precio está muy por encima de la media del resto de localidades que se pueden encontrar por ejemplo en el portal milanuncios.com.
Las localidades para ver al conjunto blanco en el momento de salir a la venta iban de los 120 euros de la Tribuna Este Baja Lateral a los 200 euros de la Tribuna Oeste. En un rango intermedio se encontraban las de Tribuna Este Baja (150 euros), Tribuna Oeste Baja (160 euros), Tribuna Este Lateral (170 euros) y Tribuna Este y Oeste (180 euros). Este miércoles el Real Mallorca tiene asientos disponibles en la Tribuna Este Impar Lateral, en la Tribuna Este y Este Par Lateral y en la Tribuna Oeste.
Alguna de las opciones más económicas que aparecen en la reventa es una entrada de 125 euros para la Grada Lluís Sitjar que no sale a la venta por los canales oficiales, mientras que el grueso de entradas oscilan entre los 120 y los 180 euros en función de la zona. Uno de los principales argumentos de venta en esta particular picaresca es la visibilidad, es decir, ofrecer precios similares a las entradas disponibles en la web y las taquillas en puntos mejor ubicados en el estadio. Otra de las bazas que juegan los revendedores es el interés de los aficionados blancos por ver de cerca a los suyos y en una de las publicaciones se remarca que los visitantes «realizan el calentamiento a siete metros» de las localidades que ofrece.