Con la inercia y el ‘subidón' del buen resultado conseguido en Mestalla, el Real Mallorca se mide este viernes al Espanyol (Son Moix, Movistar TV, 21.00 horas) con la intención de mantener su progresión y atrapar un nuevo triunfo que le permita acomodarse en la zona templada de la tabla. El once de Javier Aguirre, en caso de victoria, sumaría quince puntos, que a estas alturas de curso no están nada mal y se situaría en esa estancia donde el mar está en calma, aunque siempre hay que vigilar el oleaje. Sin embargo, el triunfo supondría un espaldarazo al trabajo del equipo, al esfuerzo de los jugadores en el campo y a la labor de un entrenador que trata de sacar el mejor rendimiento a todos los futbolistas.
Mestalla significó mucho para todos porque quedó demostrado que además de ser un equipo sólido y con una enorme capacidad de generar pocos espacios, también sabe dar un paso adelante cuando la situación lo requiere. Confirmó, además, la recuperación de hombres de la talla de Amath y Dani Rodríguez y de confirmar que cuando es necesario inclinar el campo a favor, hay mimbres suficientes para hacerlo. No obstante, cada partido es una historia, una batalla diferente y un rival con sus virtudes que es imprescindible neutralizar. Cavani no la vio en Mestalla y este viernes en Son Moix si hay un aspecto fundamental este es taponar la visión de juego de Sergi Darder. El Espanyol es en gran medida él. El equipo se mueve, se balancea, acelera y frena cuando él quiere. Es su brújula y si el de Artà tiene espacio y terreno para llevar la batuta, todo va a ser mucho más difícil. No estará Battaglia por sanción, por lo tanto hay que intentar ganar la partida en la zona ancha con hombres como Baba y Galarreta.
Aguirre admitió que la sala de máquinas es tal vez el lugar del campo donde más cosas ha ido probando entre otros motivos porque tiene recursos suficientes para poder modificar los partidos a partir de uno o dos cambios. Quien ha podido recuperar Aguirre en esta fase de la temporada es a Amath y posiblemente pueda darle confianza desde el inicio. Parece una muy buena asociación la del senegalés y Muriqi, con Kang In y Dani o Antonio Sánchez llegando de segunda línea. Sin duda es obliga tal vez a redoblar esfuerzos a la gente más defensiva del equipo y ese equilibrio es el que está tratando de encontrar el entrenador. Esa maldita manta corta que es un equipo de fútbol y que te castiga mucho si enseñas la cabeza y te deja helado si muestras los pies. En la búsqueda del equilibrio está el éxito y esto es lo más complicado y más cuando tienes esa necesidad de cerrar bien atrás para dotar al equipo de mayor seguridad en sus acciones.
A la espera
El encuentro será el que abrirá la jornada en Primera por lo tanto una victoria también permitiría afrontar lo que resta de fin de semana con calma a la espera de lo que hagan los rivales.
Dos de los grandes valores de este equipo están también en un buen momento de forma: Kang In Lee y Vedat Muriqi. El coreano fue clave en la victoria en Mestalla, no solo por su gol, también por lo mucho que ofreció a la hora de asistir y sobre todo de desencajar al rival. Muriqi siempre es un enorme problema para los rivales, pero necesita estar en el área rival para hacer daño. Cuando sube a la zona ancha para recibir tiene una enorme extensión de terreno por delante para llegar a la meta rival y eso reduce enormemente sus posibilidades de marcar. El choque de esta noche está envuelto de menos tensión que años anteriores. El hecho de que no estén ni Luis García ni Vicente Moreno ha dado paso a cierta normalidad, aunque nadie esconde que la situación en la tabla de ambos equipos es ya suficiente aliciente como para no perderse el partido.