El Mallorca ha actualizado su lista de objetivos apuntando hacia uno de esos estadios a los que siempre estará ligado emocionalmente. Alejado de las preocupaciones de otros meses, el equipo de Javier Aguirre ya trabaja pensando en la próxima jornada y en el siguiente viaje, un destino tan amargo como especial. El Martínez Valero, domicilio de su nuevo rival (lunes, 21.00 horas), ha sido desde su inauguración un estadio prohibido para los baleares, que nunca han podido con el Elche al margen de la categoría en la que coincidieran los dos equipos. Curiosamente, solo ha celebrado una victoria entre sus muros y fue en ausencia del propietario del campo. Casi veinte años después sigue siendo la más especial de toda de su historia: la final de la Copa de 2003.
El Elche-Mallorca del lunes está envuelto por una serie de datos poco alentadores para los de Javier Aguirre. Empezando por los números del entrenador mexicano, que tampoco ha ganado nunca en la morada franjiverde. La temporada pasada, sin ir más lejos, dirigió allí su tercer partido como mallorquinista y se quedó pronto sin argumentos (3-0). Antes, en 2013, había recorrido sus pasillos como técnico del Espanyol con el mismo final (2-1).
Historial
En el caso concreto del Mallorca, su historial en el campo del Elche es de color más bien oscuro. Desde el estreno del Martínez Valero, en 1976, ha jugado allí nueve partidos oficiales contra el conjunto local y no ha llevado ninguno a su terreno. Ni en la Copa del Rey, en la que se cruzaron durante la edición 1990-91, ni en otros torneos regulares. Solo en los cinco últimos años lo ha visitado como equipo de Primera, de Segunda y de Segunda B y, como máximo, ha llegado a rascar un empate. El último fue en Segunda hace cuatro años, con un gol de Abdón Prats que después taparía otro de Sory Kaba (1-1).
El partido llega también muy escorado hacia el costado bermellón y eso, por raro que parezca, no siempre es buena señal. El Mallorca viene de perder contra el Barça, pero dejó una sensación agradable y se mantiene lejos del fuego que sube del fondo de la clasificación. El Elche, en cambio, vive entre las brasas. No tiene a nadie más abajo en la tabla y solo ha sumado un punto en siete jornadas. De hecho, le falta hasta entrenador. La derrota del lunes contra el Rayo Vallecano se ha llevado por delante a Francisco Rodríguez y el club sigue rastreando el mercado en busca de un inquilino para el banquillo. En principio, el partido se sitúa en un entorno muy favorable para el Mallorca, salvo por una cuestión: lleva años atragantándose frente a los colistas.
Después de pasar por los tres signos como forastero –empató en San Mamés, ganó en Vallecas y perdió en el Bernabéu–, el Mallorca quiere aprovechar ese ecosistema tan contaminado en el que habita el Elche para dar un estirón que tendría incidencia más allá de la clasificación. Los franjiverdes recogieron en casa el único punto que ilumina sus estadísticas —contra el Almería, segunda jornada—, pero presentan agujeros en todas las líneas y el Mallorca parece cada vez más seguro cuando se asienta en torno a su área. El método Aguirre ha empapado a una plantilla a la que cuesta meterle mano.
Regreso
El Mallorca regresó este miércoles a los entrenamientos con las ausencias de Jaume Costa, que sufre un problema muscular que lo tendrá apartado del campo entre dos y tres semanas, y la del portero Predrag Rajkovic, con permiso del club. Además, se ejercitaba aparte el canterano Llabrés, que también se recupera de unas molestias que le impidieron ser citado para el último partido contra el Barça.
El dato
El triunfo más especial de toda su historia
La única vez que el Mallorca ha ganado sobre la hierba del estadio Martínez Valero fue el 28 de junio de 2003, con motivo de la final de la Copa del Rey que enfrentaba al conjunto balear contra el Recreativo de Huelva. Con la mitad del campo pintado de rojo y negro, el equipo dirigido en aquel momento por Gregorio Manzano pasó por encima de un rival que acababa de perder la categoría. Los goles del Rifle Pandiani, de penalti, y Samuel Etoo, por partida doble, le dieron al Mallorca el triunfo (3-0) y el título más especial de su vida. Una jornada inolvidable para el mallorquinismo que con el tiempo ha convertido al campo del Elche en un lugar mágico.