El Mallorca ha levantado esta semana un nuevo anillo de seguridad en torno a una de sus joyas. Iddrisu Baba, que tras el ascenso a Primera División había renovado su relación con el club balear, ha ampliado en otros dos años su contrato (hasta 2024) y ha visto incrementada su cláusula de rescisión, que en solo unos días ha pasado de 9 a 45 millones de euros. Un blindaje en toda regla para el africano, que está llamado a ser un futbolista importante en el futuro a medio plazo de la entidad.
Obligado a jugar el partido del ascenso por exigencias del guión, ya que Marc Pedraza había sido expulsado días antes en Riazor por un desagradable encontronazo con Álex Bergantiños, Baba fue uno de los grandes protagonistas de la gran noche del año. No marcó, pero desde el minuto uno impuso su gobierno en el centro del campo y rubricó un partido enorme, tal y como le reconoció la afición durante las celebraciones del ascenso al grito de «MVP, MVP». Era el encuentro que lo asentaba de lleno en la primera plantilla tras una campaña de cesión en el Barakaldo de Segunda B, pero también un reclamo para multitud de clubes, tanto españoles como europeos, que aprovecharon la última fecha del curso para ponerse frente al escaparate del playoff.
Ante la particular situación que vivía el ghanés, el Mallorca hizo su primer movimiento al respecto a principios de este mismo mes. Baba, cuyo contrato expiraba en 2020, lo amplió inicialmente hasta 2022. Sin embargo, su cláusula de rescisión, que tras el ascenso a Primera crecía hasta los 9 millones de euros, se antojaba insuficiente frente al interés de ciertos equipos, que parecían dispuestos a abordarla para asegurarse el fichaje de un jugador que, con solo 23 años, espera acabar de explotar en Primera.
Embarcado en la reforma de su plantilla, el Mallorca ha ido más allá durante la primera semana de la pretemporada y ha aplicado una nueva mejora al contrato de Baba que conlleva otros dos años de compromiso y un pared mucho más alta para quienes aspiren a contratarlo, que deberían desembolsar 45 millones para sacarlo de Son Moix sin negociar.
Stoichkov
Por otra parte y a la espera de lo que ocurra finalmente con Joan Sastre —durante los últimos días ha trabajado al margen tras rechazar la primera propuesta de renovación del club—, el Mallorca sigue colocando a sus descartes. El último en encontrar destino es Juan Diego Molina, Stoichkov, que la próxima temporada jugará cedido en el Alcorcón. El gaditano tenía cerrado un acuerdo con el Málaga que debía validar el jeque Al-Thani, pero se cansó de esperar una respuesta y acabó optando por el conjunto alfarero. El próximo en salir debería ser Álex López, al que pretende, en otros, el Extremadura.