De vuelta a casa, el capitán del Real Mallorca lo tiene claro. Enterrada ya esa función incompleta de La Romareda, Xisco Campos habla de la ilusión con la que se asoma el equipo a sus compromisos más inmediatos, de la competitividad que define a una plantilla condicionada por las lesiones o de mantener selladas las puertas y ventanas de Son Moix para seguir creciendo entre sus paredes.
Tira de brazalete a la hora de marcar donde se encuentra uno de los agujeros. «Tenemos que ser más contundentes en las dos áreas porque el otro día, sin tener tanto el balón en la segunda mitad, hubiéramos podido ganar perfectamente si hubiéramos estado más acertados a la contra. Cada partido es una historia, un mundo».
Sobre el Numancia, el de Binissalem asegura que los sorianos «tienen un buen trato de balón». «En Son Moix queremos llevar la iniciativa, pero ellos, por su manera de jugar, nos van a exigir mucho».