Utz Claassen ha puesto freno en las últimas semanas a una posible venta del Mallorca. El consejero alemán, que posee casi un 20% de las acciones del club balear, remitió el jueves una carta a Jaume Cladera y a Miquel Coca (con copia para el resto de los integrantes del consejo de administración) en la que exhibía su desacuerdo con la gestión de Llorenç Serra Ferrer y en la que denunciaba su malestar frente a «la falta de transparencia» de algunos de los movimientos llevados a cabo por la propiedad de la SAD isleña, tal y como desvelaba ayer Ultima Hora. En esa misiva, que tiene un carácter «estrictamente confidencial», el germano se muestra particularmente molesto por haberse enterado «de casualidad» de las negociaciones mantenidas por la cúpula de la entidad para venderle a un compatriota suyo el 98% de las acciones entre las que, por supuesto, también se incluye el amplio porcentaje que él mismo tiene en su poder.
Sin respuestas
«Yo no he autorizado a nadie a negociar la venta de mis acciones»
Utz Claassen inicia el primer gran punto de su carta solicitando una respuesta para los numerosos interrogantes que le plantean esas negociaciones dirigidas por Serra Ferrer para la transacción de casi todo el accionariado del Real Mallorca. «Yo no he autorizado a nadie a negociar la venta de mis acciones, y no intento vender en ningún caso y bajo ninguna circunstancia», dice. Además, advierte que «si alguien ha negociado en mi nombre, yo tendría que considerar pasos jurídicos» y añade a continuación que «nadie me ha preguntado sobre mi posición referente a mis derechos». En ese mismo punto, el alemán cuestiona que se haya informado a la parte potencialmente contratante de la existencia de una serie de derechos de adquisición preferente referidos a la mayoría de títulos de la entidad. Claassen subraya la gravedad de los hechos y sigue sin comprender determinadas actuaciones.
Transparencia nula
«Es inaceptable que el consejo no haya recibido ninguna información»
Claassen se muestra irritado por no haber recibido información alguna acerca de las «condiciones previamente pactadas», a pesar de ser consejero del Real Mallorca y uno de sus principales accionistas. «Es completamente inaceptable que me haya enterado por pura casualidad de los hechos anteriormente expuestos», destaca el consejero, que sólo tuvo conocimiento de algunas maniobras por las informaciones aparecidas en los medios de comunicación y por las declaraciones a estos de otros miembros del órgano de poder de la entidad. «Y es completamente inaceptable que ni el consejo ni los accionistas hayan recibido ninguna información de un tema tan importante», argumenta. Claassen no se explica que, en una sociedad a la altura de la balear, Llorenç Serra Ferrer haya actuado a espaldas del resto de accionistas, sin trasladar al consejo de administración sus planes y sin consultar los pasos a seguir en ningún momento.
Identidad oculta
«¿Cuántas reuniones se han celebrado? ¿Hay algo que ocultar?»
Más allá de la gravedad del hecho de negociar el traspaso de unas acciones que ni siquiera le pertenecen, Claassen tampoco considera lógico que Serra no haya desvelado posteriormente los detalles de esas conversaciones. Sobre todo los referentes a la identidad de los interesados en asumir el control del Mallorca. «¿Quién es la persona (o las personas) con la cual los señores Serra Ferrer y Cladera han negociado?», se pregunta. «¿Qué referencias tiene? ¿Actúa en nombre propio o en representación de una empresa o es intermediario en representación de alguna parte tercera? ¿Por qué no hay ninguna información oficial al consejo ni a los accionistas? ¿Hay algo que ocultar?», prosigue. El alemán también se muestra interesado en saber cuántas reuniones han tenido lugar, desde cuándo y, sobre todo, pretende averiguar el motivo de que esa información no haya sido expuesta en las distintas reuniones del consejo.