La plantilla del Mallorca ya le ha transmitido a Mateu Alemany su inquietud por el delicado estado de salud de la entidad y por lo que pueda ocurrir a partir de la semana que viene, en la que el club tiene previsto presentar concurso de acreedores. Los capitanes del grupo, en representación del resto del vestuario, acudieron ayer a las oficinas del ONO Estadi para reunirse con el máximo accionista y consejero delegado y aclarar algunas dudas. El abogado tranquilizó a los jugadores recordándoles que tienen asegurado el cobro de sus fichas a través del fondo de garantías de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), pero la preocupación sigue siendo notable en el interior de la caseta y alguno de sus integrantes ya recordó ayer públicamente que las próximas semanas serán muy intensas fuera del campo.
Por otra parte, hoy es el día. Aunque el máximo organismo continental tiene de plazo hasta mañana para conceder o denegar la Licencia UEFA a través de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el Mallorca espera conocer en las próximas horas las coordenadas que seguirá su futuro, si puede disfrutar o no de esa plaza que blindó hace algo más de una semana sobre los terrenos de juego. El equipo bermellón, que no sabrá hasta mañana si despide la Liga desde la cuarta (Liga de Campeones) o la quinta posición (Europa League), confía en que el documento le permita renovar oficialmente el pasaporte, aunque las dudas continúan instaladas en los despachos de Son Moix. No obstante, tampoco se descarta la posibilidad de que la RFEF alargue el suspense y aplace el anuncio hasta el lunes, una vez que se conozca la configuración final de la clasificación. La entidad, que lleva tiempo moviendo sus hilos para volver a desfilar sobre la pasarela europea seis años después, también ha trazado un plan alternativo por si el proceso se tuerce y, en ese caso, tiene previsto presentar un recurso de Apelación ante el Comité de Segunda Instancia. Si éste tampoco prosperase, el siguiente paso sería acudir a la Corte de Arbitraje del Tribunal de Laussana, el TAS.
Los grandes interrogantes se centran en la denuncia presentada por el Athletic a raíz de la deuda que el Mallorca mantiene por el traspaso de Aritz Aduriz y en la delicada situación institucional que padece el club, que la semana que viene se agarrará al concurso de acreedores en los juzgados para completar el proceso que destapó el pasado 3 de febrero registrando su insolvencia ante el Decanato Civil. Si a eso se le une además la tensión que existe entre Mateu Alemany y el presidente de la Española, Àngel Maria Villar, después de que el primero opositara a la presidencia de la RFEF, el panorama no resulta demasiado alentador. Sea como sea, el enigma se resolverá en breve.
La plantilla transmite su inquietud a Alemany
Albert Orfila / Carlos Román |