La amenaza inminente de un concurso de acreedores forzoso precipitó ayer los acontecimientos. El presidente del Real Mallorca, Mateu Alemany, reconoció sin señalar a nadie que ciertas personas estaban realizando maniobras para instar a la SAD balear a un concurso necesario que habría supuesto «la desaparición del club». «Ahora ya no corremos el riesgo de que francotiradores o aventureros pongan a la entidad contra las cuerdas», explicó el asesor jurídico Joan Buades, que defendió una medida que se adoptó ayer pero llevaba semanas entre las carpetas de Mateu Alemany, que ahora aspira a «reordenar la deuda» y que «el Mallorca cumpla cien años con orden y solvencia» .
«Tengo candidatos en mi cabeza, pero nos ha llegado de forma indirecta. Había gente que realizaba maniobras para comprar deuda e instar al concurso forzoso», dijo el máximo accionista. «Esta situación ha precipitado un poco esta medida, pero el camino a seguir era éste, porque hemos agotado las aldabas a las que tocar y la única puerta que nos quedaba era esta», justificó Alemany, que evitó dar nombres y esquivó la posibilidad de señalar a los responsables de la situación económica del club. «Que cada uno extraiga sus conclusiones», dijo.
Tanto Alemany como Buades razonaron la medida como un ejercicio de responsabilidad para reorganizar la deuda y garantizar el futuro del club. «El concurso -si al final se da- no es un castigo, es una herramienta para los empresarios para que puedan reorganizarse y seguir adelante. Hay empresas ejemplares que han pasado por un concurso de acreedores voluntario que permite gestionar con responsabilidad», señaló el abogado, que expresó su convencimiento de que el Real Mallorca será capaz de resolver esta situación con el nuevo margen de tiempo habilitado.
Carta
El máximo accionista de la entidad tiene previsto remitir una carta a los socios para analizar el escenario en el que se adentra la SAD balear y advirtió que «el grupo que entramos en el club el pasado 15 de 2009 de enero volvió con el compromiso de sacar adelante esta institución y no nos temblará el pulso para tomar las decisiones que tengamos que tomar por impopulares que puedan ser, porque el objetivo es que el club sea viable y una referencia a nivel nacional. La institución tendrá futuro y cumplirá 100 años con orden y solvencia. Sólo abandonaremos esta casa el día que el Real Mallorca tenga el futuro».
El propietario del Real Mallorca analizó que «tenemos unos índices de ingresos de los más bajos de la Liga y unos gastos de la mitad de la tabla, pero no tenemos ni el apoyo institucional ni el respaldo financiero que tienen otros clubes de España con los que competimos y que tienen una deuda mayor que la nuestra, así que sólo podemos reestructurar nuestro presupuesto y nuestra deuda para hacer del Mallorca una entidad mejor, solvente y estable».
Mateu Alemany, que negó haber tratado la medida adoptada en su reunión con el president del Govern, Francesc Antich, aseguró que no realizará ninguna negociación de venta de acciones hasta que termine la temporada y contempló que un club concursado puede resultar interesante para un comprador o todo lo contrario.